Macarena Díaz, la madre de Antonio David Barroso, el menor de 15 años muerto durante un viaje en coche desde su pueblo, Morón de la Frontera (Sevilla), hacia Santiago de Compostela (La Coruña), no pisará la cárcel. Así se desprende de la decisión de la juez de Instrucción de la localidad hispalense de enviar el caso a juicio, tres años después del suceso, acusando a la mujer solo de homicidio imprudente. Tal como avanzó ABC el pasado 9 de septiembre, la Fiscalía pedirá que se aplique a la acusada la eximiente total por enfermedad mental, de manera que no entrará en prisión los cuatro años que fija como tope nuestro Código Penal por este delito. El principio acusatorio establece prácticamente que la Audiencia Provincial solo podrá dictar sentencia conforme a la máxima petición de condena del Ministerio Público. Podría darse la circunstancia de que Macarena sí ingrese en un centro psiquiátrico (ya lo ha estado previamente durante dos meses tras matar al niño), si así lo pide el fiscal y lo confirma el jurado. En cuanto a la acusación particular, representada por el padre y expareja de la sevillana, Antonio Barroso, solicitará la máxima pena por asesinato: 20 años de cárcel. La juez cierra así una errática instrucción de tres años y que ha pasado por manos de cuatro togados. Cree que Macarena es culpable de que Antonio David falleciera porque desde semanas atrás a ese 12 de septiembre de 2021, no le daba la medicación que precisaba. Hasta ahora estaba imputada por desaparición del adolescente. Hay un informe remitido por la Ufam Central de la Policía Nacional en el que se establecen tres hipótesis sobre lo que le ocurrió al pequeño. La primera es que el menor falleció el mismo 12 de septiembre en Morón, por una enfermedad o debido a un golpe de calor. Otra es que pierde la vida en el hostal Perales, en Talavera de la Reina (Toledo), en el que madre e hijo se hospedaron por espacio de cuatro horas antes de reemprender el viaje hacia Madrid. Pero hay una tercera teoría, que es a la que los investigadores dan mayor verosimilitud: que Antonio David muriera por el camino y señalan como punto más probable el término municipal de Miajadas (Cáceres), atravesado por la autovía del Suroeste (A-5). Es donde enlaza la llamada Ruta de la Plata, la A-66, por la que circularon en sentido norte desde Sevilla hasta Extremadura. Las fuentes consultadas apuntan a que «ese día hacía un calor espantoso». Macarena paró y dejó la furgoneta abierta unos minutos mientras repostaba en una gasolinera. Se debió de percatar en ese momento de que el pequeño había fallecido por el camino o bien le pudo dar un golpe de calor. Los investigadores apuntan en el informe que, para colmo, la mujer llevaba tiempo sin darle el tratamiento al adolescente. De hecho, ha quedado constatado que la última compra de la medicación la realizó semanas antes, en su pueblo. De ahí la acusación ahora por homicidio imprudente. Ella misma tampoco se tomaba sus pastillas para su bipolaridad y esquizofrenia, de las que estaba diagnosticada, desde al menos antes del verano. En conversación con ABC el año pasado , reconoció que dejó de hacerlo desde antes del verano «porque engordaba». Entonces, ¿dónde está David? La Policía ha realizado innumerables rastreos en un amplísimo recorrido, desde Sevilla a Riaza (Segovia), donde Macarena, ya sin el niño, intentó pasar la noche del 13 de septiembre, sin encontrar hospedaje. Ya por la mañana, fue cuando la Guardia Civil la halló desorientada en la gasolinera de Carabias anunciando el desenlace fatal del chiquillo. Lo que sí dijo fue que había tirado el cadáver en un contenedor y la silla articulada en la que iba David en otro (su discapacidad le impedía moverse, pero tampoco hablaba ni tenía apenas el resto de sentidos). Señaló primero que en las inmediaciones del centro comercial Xanadú, por Arroyomolinos y en las inmediaciones del carril decreciente de la A-5, donde es vista a las 2.08. Pero en las cámaras no hay rastro de ello. En las reconstrucciones en las que ella ha estado presente se ha llegado a la conclusión de que lo hizo más adelante, en Aluche, concretamente en la calle de Illescas, 1. Un cajero de la Caixa de Padre Piquer capta el vehículo a las 2.11 horas. Es más, este periódico ha podido saber que la Policía logró localizar tanto el camión que realizó la recogida de vertidos aquel día como los contenedores concretos. Las cámaras de tráfico de la zona recogen el paso del coche de Macarena pero luego hay un desfase de 14 minutos cuando se le vuelve a captar ya por los túneles de la M-30, en sentido norte, a las 2.25. Se han hecho todos los cálculos de velocidad inmaginables. Creen que ese paréntesis es el tiempo que empleó para deshacerse del menor de edad y de la silla donde lo transportaba. La Ufam Central solicitó entonces la paralización de las basuras correspondientes a esas fechas en los vertederos de Valdemingómez (Villa de Vallecas) y Pinto. El juzgado dio permiso para buscar allí, pero esa diligencia tampoco dio sus frutos esperados. Sin embargo, llegamos aquí a un elemento clave: los investigadores apuntan, como se ha dicho, a que la muerte pudo tener lugar en Miajadas; pero también a que Antonio David acabó muy probablemente en el vertedero de Valdemingómez. La Policía no tuvo tiempo suficiente entre la petición del rastreo allí y evitar que se procesaran los residuos correspondientes a aquella jornada. Pasaron entre dos y tres días. Al estar lloviendo en Madrid, el tratamiento de las basuras se adelantó, y eso jugó en contra. Allí es donde se cree que acabó el pequeño. Así que la versión inicial de Macarena (luego la cambió en varias ocasiones), la que dio aún conmocionada, es probablemente la más ajustada a la realidad. En Riaza se deshizo de la documentación de él, como el abono transporte. Macarena Díaz, ahora con 42 años, debía cuidar de su hijo, con una discapacidad del 91% por un síndrome de West. Días antes de la huida, al niño le dieron convulsiones en un supermercado y ella dijo que no le pasaba nada. Así quedó plasmado por las cámaras del comercio. Últimamente, esos episodios eran hasta 20 o 30 al día. La Policía Nacional de Morón, dos meses antes, estuvo en la casa e informó a los servicios municipales de la falta de cuidados y atención sobre el menor. Pero quienes tuvieron que haber actuado entonces no lo hicieron, y la tragedia se consumó. La madre se había convertido en una fanática religiosa, hablaba de exorcismos, resucitar al niño y acudió a por una segunda opinión médica, pero lo que el facultativo le dijo no le gustó. En su delirio, decidió llevarlo a Santiago de Compostela para que el Santo lo curara. Se deshizo de todos los muebles de la casa de Morón y antes de salir camino de Galicia tiró sus móviles a un contenedor, por lo que viajó sin capacidad de que pudiera ser geolocalizada. Algo planificado para ser un arrebato y cuya verdadera motivación nunca se sabrá. Tras repostar en Miajadas, entró en el hotel de Talavera a las 20.30: el empleado vio al niño «como dormido». Iba tapado con una manta que acababa de comprar en un bazar y le había puesto una mascarilla, sin necesidad. Pero lo que trasladaba era ya un cadáver y pasó con él cuatro horas, hasta la medianoche, cuando decidió retomar el viaje a Madrid y deshacerse de él.
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Author : (abc)
Publish date : 2024-09-18 11:53:43
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