En 2024 se ha cumplido una década de la llegada al trono de Felipe VI tras la abdicación de su padre, Juan Carlos I, y más de la mitad de los españoles –un 54 por ciento–, consideran que su reinado ha fortalecido la imagen de la Monarquía española, una opinión que ha crecido 20 puntos porcentuales respecto a 2021. Estas altas cifras son el fruto, por un lado, de la simpatía natural que despierta el monarca desde niño entre los españoles, de la confianza en la formación que recibió, y de su carácter moderado y previsible, pero también de la manera en que ha afrontado el reto de modernizar la Corona y cumplir su papel constitucional. Ha debido hacerlo, además, en unos tiempos en que nuestra democracia sufre los embates del populismo y de la fragmentación política que ha permitido que la deslealtad institucional se manifieste de forma grosera. Hay que destacar que un 47 por ciento de los españoles creen que la Reina también ha contribuido a fortalecer esa imagen institucional. Este dato es relevante, toda vez que doña Letizia encarna una de las decisiones más importantes que adoptó el actual Rey, la cual ya había ido anunciando con sólo 19 años cuando en 1987 dijo que no se sentía obligado a buscar una esposa entre la nobleza europea y que se casaría «por amor, con la mujer que me guste y de la que me haya enamorado». Aquellas palabras significaron discrepar del criterio de su abuelo, don Juan de Borbón, y revelan la firmeza de una visión que entiende que su legitimidad es más constitucional que dinástica. El tiempo le ha dado la razón. La encuesta de GAD3 permite discernir claramente qué perciben los españoles de su Monarca. El aspecto mejor valorado, por un 74 por ciento de los encuestados, es el papel que desempeña en la promoción de la imagen de España en el exterior, un rasgo que ya se atribuía a su antecesor. Sin embargo, en un destacado segundo lugar se sitúa su papel en la modernización de la Corona, con un 69 por ciento. El reconocimiento de esta faceta del Rey es el que más crece –ocho puntos porcentuales– en relación con encuestas de años anteriores. Se va consolidando así la noción de que con Felipe VI se ha abierto paso, sin estridencias, un concepto de monarquía moderna, acorde a los tiempos que corren y que no ha estado exenta de decisiones difíciles como la de redefinir el perímetro de la Familia Real, renunciar a su herencia o retirarle la asignación económica a su padre. Entre los valores que transmite el rey, los ciudadanos señalan la tradición (75 por ciento), la cercanía (69 por ciento) y la honradez (67 por ciento). Los ciudadanos también valoran altamente, por encima de un 60 por ciento, otros aspectos como la defensa de la unidad de España y de la estabilidad institucional. Al compararlo con la clase política, un 56 por ciento de los españoles consideran que Felipe VI cumple mejor su papel. Incluso entre el sector más crítico con el Monarca, que es el que se identifica con la izquierda y el centro-izquierda, un 74 por ciento opinan que lo hace mejor o igual que los políticos. No es raro que, a la vista de estos datos, el Rey sea hoy el miembro mejor valorado de la Familia Real junto con la princesa Leonor y la Reina emérita Sofía. «Hoy puedo afirmar ante estas Cámaras –y lo celebro– que comienza el reinado de un Rey constitucional», dijo Felipe VI hace una década ante las Cortes y prometió que encarnaría «una Monarquía renovada para un nuevo tiempo». Sin duda que la estrategia de modernización sin aspavientos que ha capitaneado en estos diez años no puede calificarse más que como un enorme acierto para España.
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Author : (abc)
Publish date : 2024-08-31 17:06:37
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El éxito de una modernización
