Lo decimos así para que nadie se ofenda. Y es que Formentera ha sustituido a Madrid como epicentro de la gente bonita, de los que lucen cuerpos endiablados y una sonrisa perpetua. Formentera es Madrid en verano y es asombroso que no haya ningún feo (ni fea) entre los que por allí pululan. Mientras la ciudad se llena de eventos de marcas de quinta gama, la isla balear concentra un curioso entramado de celebridades y celebraciones a puerta cerrada. La cosa va de alquilar barcos (no barcas) y así lucir palmito mientras todos los elegidos postean la misma imagen. Porque