¿Qué tipo de sitio es Lumbre? Se trata de un nuevo es establecimiento que acaba de abrir en la calle Lumbreras, instalado en el antiguo local donde hasta hace unos meses se encontraba el restaurante Mono. Un espacio que abrió a finales de septiembre y que, tal y como explican sus propietarios, Víctor Blandón y Fabio Sarmiento, practica una «cocina sin pretensiones, donde comer, beber bien y disfrutar». Ambos cuentan con otro espacio ubicado junto a la Catedral, el restaurante Vuela Tapas, con un concepto más formal que Lumbre. «Vuela es un restaurante más conceptualizado para comer a mesa y mantel, con un ticket medio de 40 o 50 euros. Pero en Lumbre, por la zona donde está y por el concepto, hemos querido hacer algo más informal. Platos para compartir maridados con coctelería, con un producto quizá más sencillo -aunque igualmente elaborado-, y precios más accesibles. La idea es que el ticket medio aquí sea entre 20 y 30 euros, pero siempre depende de lo que te quieras gastar», asegura Fabio. ¿Quién está detrás del proyecto? Al frente se encuentran Víctor y Fabio dos sevillanos amigos desde el colegio que, a pesar de haber dirigido sus vidas hacia otros entornos profesionales, hace años que apostaron por la hostelería como camino de vida. En el caso de Víctor, que estudió la carrera de Turismo y que hoy se dedica a al arte de los fogones, el idilio con la gastronomía empezó un poco antes. Tras terminar la carrera se fue a Londres, donde empezó a trabajar en restaurante, aunque fuera de la cocina. Poco a poco se fue introduciendo en el mundo de las sartenes y ollas, primero como ayudante de cocina, hasta que terminó liderando la cocina de un restaurante en la capital británica. Más tarde se fue a Ibiza, donde trabajó como jefe de cocina de hoteles de alta gama. Por temas familiares, hace unos años se volvió a su Sevilla natal, donde dirige, junto a su socio y amigo Fabio, el restaurante Vuela, ubicado detrás de la oficina de Correos del centro, y ahora este segundo proyecto. Fabio, por su parte, estudió Empresariales y un máster en negocio internacional en la Universidad Pablo de Olavide, y ha vivido en Barcelona, Polonia y Londres. Tras varios años dedicados al área internacional, siempre en contacto con extranjeros, acabó recalando de nuevo en Sevilla para estar cerca de su familia. Aquí ha compaginado su trabajo en la Universidad con la hostelería, gestionando el restaurante Vuela que posee junto a su socio desde hace cinco años. A día de hoy se dedica cien por cien a sus negocios gastronómicos. ¿Cuál es su estilo de cocina? «El sello que queremos darle es de cocina preparada al momento donde todo se elabora in situ. Como dice mi compañero Víctor, queremos hacer una ‘cocina honesta’, ser fieles a lo que decimos. Por eso aquí no hay nada procesado y nada se compra hecho, ni siquiera en los postres. No tenemos microondas, no hay trucos », nos cuenta el propietario. ¿Cómo es su carta? Se divide en aperitivos, platillos y postres y cambia cada estación para ofrecer los sabores de la temporada. Para ir abriendo boca, se puede optar por queso de oveja manchego o de cabra payoyo, así como anchoas del Cantábrico con piparras. Ya en el apartado de platillos, encontramos un aliño del día que va cambiando, ensaladilla de eneldo con alcaparras y atún a baja temperatura que ellos mismos elaboran para que, aunque tenga aspecto de conserva, ofrece un sabor y una textura mucho mejores. También hay brioche de panceta ibérica, que heredan de Vuela Tapas, con cebolla caramelizada y salsa romesco, stracciatella, con gazpachuelo, que también cambia cada semana, con sardina ahumada y pan sardo, mejillones al curry verde, bacalao frito con fécula de patata, ají amarillo y queso curado, o pollo a baja temperatura con salsa de yogurt, tahini y mojo verde. ¿Cómo recomiendan pedir? «Siempre tratamos de explicar bien la carta a los clientes, qué lleva cada plato y demás, queremos que se lleven una buena impresión. Solemos recomendar pedir entre 3 y 5 platillos para compartir, y les animamos a maridarlos con algunos de nuestros cócteles», explica Fabio. ¿Qué hay de los postres? Para poner el broche dulce, ofrecen tarta de queso, «por supuesto, casera» y puré de chirivía con helado y nueces. Estos postres también serán dinámicos y cambiarán para adaptarse a los productos de cada estación. ¿Cómo es su oferta de bebidas? Para acompañar su oferta gastronómica proponen todo tipo de cócteles de autor, como el mezcal-garita , o lo que es lo mismo, un margarita con mezcal, el machu-picchu sour , parecido al pisco-sour pero con eneldo, o el wasabi mule , con vodka, wasabi, lima, jengibre y ginger beer, entre otras opciones. También hay cervezas, limonada y iced-tea casero, cócteles sin alcohol y una pequeña selección de vinos con ocho referencias entre blancos, tintos y un moscatel, en el que incluyen un par de Rioja, un Ribera, dos vinos gaditanos, un cordobés y uno de Sevilla. ¿Qué hay del local? El espacio conserva el estilo industrial del antiguo local, con azulejos blancos en la parte inferior y paredes estucadas de color cemento que recuerdan a esos lofts neoyorkinos que tan de moda se pusieron hace unos años. Es un lugar pequeño, con cierto aire bohemio que se adapta perfectamente a la atmósfera que se respira en la Alameda. Con una capacidad para unas 30 personas, combinan mesas altas y bajas en el interior, y cuentan con dos mesas en la zona de fuera para comer disfrutando del trasiego de la calle Lumbreras.
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Author : (abc)
Publish date : 2024-10-09 12:44:07
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Lumbre: ‘cocina honesta’ pensada para compartir y cócteles en la Alameda
