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Guerra total por el control de los chips 2.0, Estados Unidos y China sufren un cambio en las reglas de juego



La irrupción de DeepSeek ha trastocado las reglas de juego. Una startup china con un equipo de menos de diez personas ha hecho tambalear a las grandes tecnológicas ofreciendo sus coronas a subasta para cederlas al mejor postor. Lo que ha puesto nervioso a más de uno porque les han visto las orejas al lobo. Sin embargo, esta es historia antigua y contada hasta la extenuación a lo largo de estos días. Es más interesante prestar atención a algo que se mueve en segundo plano y que quedaba en evidencia cuando se ha recuperado una de las pocas entrevistas que ha dado Liang Wenfeng, CEO de DeepSeek, confesando que su gran desafío nunca ha sido el dinero, sino los chips de gama alta. Y ‘Bloomberg’ revelaba que en 2021, Liang adquirió 10.000 procesadores Nvidia H800 para entrenar a su IA, anticipándose a las restricciones de exportación impuestas por Estados Unidos. La importancia de esto es que la verdadera batalla no se está jugando solo por la IA, sino lo que de base la hace posible, los chips. Unas diminutas piezas de silicio son el motor del mundo actual. Chris Miller, autor del libro ‘Chip War’, explica en sus ponencias que en una era en la que los chips están en todas partes, desde los teléfonos inteligentes hasta las cafeteras, es más difícil fabricar un semiconductor moderno que un arma nuclear. La guerra por los chips, el recurso más crítico del mundo, ha subido un grado. Y con la vuelta del Trump 2.0, acostumbrado al ‘bullying’, y acompañado de su escudero, Elon Musk, la cosa promete ponerse al rojo vivo. No en vano, Deloitte destaca que las ventas de semiconductores se disparará en 2025 con empresas dispuestas a colocar toda la carne en el asador. Como recuerda Manuel Muñiz, rector Internacional de IE University en Madrid y ex secretario de Estado de la España Global en el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, «la guerra de los chips no es solo una disputa económica, sino un enfrentamiento tecnológico y geopolítico que definirá el equilibrio de poder en el siglo XXI ». Pekín ha conseguido saltarse las restricciones de chips que venía aplicando EE.UU. desde 2022 bajo la receta ‘patio pequeño, valla alta’. Guillermo Dorronsoro, director académico del Business Innovation Program (BIP) de Deusto Business School, destaca que la necesidad es la madre de la invención. Los chinos, lejos de quedar KO, han trabajado exhaustivamente para cultivar una próspera industria nacional de fabricación de chips que permita hacer más con menos . Asimismo, los cortafuegos nunca fueron 100% infalibles y China podría haber accedido a chips de última generación a través de empresas fantasma en Singapur o Emiratos Árabes Unidos. «La valla se ha vuelto más alta, pero hemos decidido dejar abiertas las puertas delantera, lateral y trasera», declaraba Jimmy Goodrich, asesor principal de análisis tecnológico de Rand Corporation. Y lo dice no solo a cuenta de DeepSeek, sino también de otras empresas tecnológicas chinas con IA avanzados como Alibaba, Tencent, Bytedance o Baidu. Ya se lo advirtió Xi Jinping a Joe Biden en una llamada telefónica en abril cuando le dijo que no se quedarían parados mirando. Antes de eso, el dragón asiático respondió limitando la exportación de minerales críticos, como el galio o el germanio, que son fundamentales para los semiconductores. Aunque sigue cojeando en el desarrollo de chips de alta gama. «A largo plazo, China podría compensar su falta de acceso a chips de última generación con innovaciones en software y hardware optimizado , aprovechando el potencial de la IA», cuenta Muñiz. Pero el escenario actual es volátil porque como apunta Enrique Dans, profesor de innovación y tecnología de la IE University, la América de Trump está siendo vista como una potencia hostil, que te intimida, y que encima te pide que no vendas determinados productos a China que es el mercado más grande del mundo. «Nuestro problema fundamental es que nuestro cliente número uno es nuestro competidor número uno», resume Miller. Y Trump usa mucho el palo, pero poco la zanahoria, lo que está provocando que «Pekín se esté convirtiendo en un socio preferente, y los que ahora no les venden chips podrían hacerlo de cara al futuro. Además, China es el país que genera más patentes en inteligencia artificial, a lo mejor no conviene mantenerla en el ostracismo », dice Dans. Porque si bien DeepSeek pudo hundir a Nvidia en bolsa y hacerle perder 600.000 millones de dólares, como explica Dorronsoro la competencia aviva el consumo. «Siempre hay una forma innovadora de hacer las cosas. Nvidia empezó en la industria del videojuego y, por casualidad, los algoritmos que había desarrollado tenían una aplicación en la IA. Y es que este es un juego en equipo a nivel global. Miller explica que hay plantas de fabricación de chips de última generación de Taiwán, como la empresa TSMC , hay máquinas que valen 350 millones de dólares cada una, utilizan los espejos más planos jamás fabricados y láseres con temperaturas 40 veces más altas que la superficie del Sol, todo para tallar transistores más pequeños que un coronavirus. Al mismo tiempo, »cada procesador requiere materiales ultrapurificados, y máquinas que cuestan miles de millones de dólares para su litografía como las fabricadas por la empresa de Países Bajos ASML . Y una cadena de suministro que abarca varios continentes. Una intrincada red que enfrenta su mayor desafío hasta el momento», indica Miller. La autosuficiencia en materia de chips está lejos de poder ser completa. Boston Consulting Group calculó que si cada región del mundo quisiera tener su propia cadena de valor de fabricación de chips, el coste, solo en inversión, sería de un billón de dólares. Muñiz explica a ABC que u no de los hitos más importantes en materia de semiconductores ha sido la Ley Chips de EE.UU. que ha impulsado la producción nacional atrayendo inversiones de gigantes como TSMC, Intel y Samsung. «En paralelo, China ha acelerado el desarrollo de su industria doméstica, con SMIC que produce millones de chips para Huawei logrando avances significativos, pese a las sanciones». Pekín ha invertido más de 150.000 millones de dólares en la industria de los chips. Y con DeepSeek ha roto la baraja, al no necesitar una inversión astronómica o grandes cantidades de electricidad ni supuestamente los chips de alta gama para desarrollar su IA. Deloitte predice que los chips de IA de última generación superarán los 150.000 millones de dólares en 2025. Y esta tecnología permite diseñar chips más personalizados. Además, el espionaje o la política de Trump pueden alterar esta geografía de dependencia. Muñiz explica que si bien EE.UU. sigue liderando el diseño de chips con empresas como AMD y Nvidia, ha perdido capacidad de fabricación y está intentando relocalizar parte de la producción. El gobierno estadounidense espera que los fabricantes de chips produzcan casi una quinta parte de todos los chips de vanguardia a nivel nacional para 2030. De ahí que haya invitado a la empresa taiwanesa TSMC a levantar una nueva planta de fabricación en Arizona. Dorronsoro sostiene que Taiwán son los Emiratos Árabes del siglo XXI . «No tienen petróleo, pero tienen chips». Pero como ya advertía anteriormente a ABC Mateo Valero, director del Centro de Supercomputación de Barcelona, Estados Unidos podría defender Taiwán, «pero solo hasta que tenga un clon de su tecnología» . Taiwán produce el 90% de los chips más avanzados, ponerla en peligro supondría un infarto para la economía mundial. Lo que no ha evitado que Trump dijera que se quedaría sola si China decidiera atacarla y que puede verse expuesta a sus agresivos aranceles. Aunque Trump esté enrocado en la aplicación de aranceles, Muñiz destaca que es un negociador impredecible. En cuanto a Elon Musk, su influencia en la industria tecnológica y su relación con China lo convierten en un actor clave. Tesla tiene una fuerte presencia en el mercado chino y depende de semiconductores avanzados, por lo que Musk podría presionar para que las restricciones no sean tan severas en ciertos sectores . «Además, su empresa xAI y su interés en la IA podrían llevarlo a buscar alternativas a los chips de Nvidia, lo que impactaría la competencia en este sector», afirma Muñiz. Igual de complicado es saber si en Asia una alternativa a China será la India , que está dando pasos para convertirse en un nuevo centro de fabricación de semiconductores. Tiene el potencial para ser un jugador importante. Todo esto implica que podría ser el comienzo de dos ecosistemas de semiconductores completamente separados. Y en medio, Europa podría verse tentada a formar parte de ambos. Pero por ahora, está tratando de reducir su dependencia con la reciente Ley de Chips de la UE, aunque para Muñiz sigue rezagada frente a EE.UU. y Asia. «Lo único que está pretendiendo es tener una posición reguladora y de la regulación no se come», señala Dans. Y hasta que se decida un ganador en esta guerra en la que está en juego la seguridad nacional, la supremacía militar y la economía «sólo los paranoicos sobreviven», sentencia Miller.



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Author : (abc)

Publish date : 2025-02-10 05:28:00

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