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Edificios con historia en la hostelería de la provincia sevillana



Si la gastronomía es un viaje en sí misma, hacerlo en un espacio con historia hace que la experiencia sea mucho más enriquecedora. Comer o cenar en un convento, en un antiguo molino, una galería de arte o incluso, en una cueva, puede transformar un simple almuerzo en un recorrido, donde cada detalle del entorno añade un valor especial a lo que llega a la mesa. La provincia de Sevilla es un reflejo de su propia historia, y muchos de sus municipios han sabido mantener viva su identidad a través de la gastronomía. Desplazarse media hora —o una entera— fuera de la capital, merece la pena cuando el destino es un restaurante ubicado en un edificio singular donde la memoria arquitectónica es un ingrediente más de la experiencia gastronómica. La transformación de algunos espacios no es solo una manera de conservar nuestro patrimonio, sino que promueve que estos sitios cargados de encanto sigan siendo puntos de encuentro, ahora, en torno a la mesa. Los restaurantes que han encontrado su hogar en estos enclaves trascienden a simples locales de hostelería, son proyectos que han sabido integrar el pasado en su concepto gastronómico y que en muchos casos se ve reflejado en su carta. Así, comer en una almazara o en una antigua bodega—además de una elección estética— es una manera de entender la cocina y de conectar con el territorio. En esta guía reunimos ocho restaurantes de la provincia de Sevilla que han hecho del patrimonio arquitectónico su mejor carta de presentación. Espacios donde el valor histórico no se limita a la fachada, sino que se palpa en cada rincón, acompañando la experiencia culinaria y convirtiéndola en algo más que una simple comida. Situada en una antigua bodega de vinos fundada en 1917 por Anastasio Colchero, más de un siglo después La Atarazana conserva el carácter rústico de su origen. Tras pasar por sus hijos, ahora son dos de los nietos de Anastasio, Manuel y Cristóbal Colchero Gaviño, los que regentan el establecimiento ya convertido en restaurante. Su comedor principal ocupa la nave donde antaño se envejecían los vinos, con un techo a dos aguas y una chimenea que aporta calidez en invierno. La decoración, con azulejos y detalles rocieros, mantiene la identidad del lugar. Además, cuenta con un amplio patio trasero, ideal para disfrutar al aire libre en las noches de verano. En lo gastronómico, apuestan por una cocina tradicional basada en tapas, medias raciones y platos completos. De su carta destacan sus chacinas y quesos, el pescaíto frito y las carnes a la brasa. Entre sus especialidades, la ensaladilla, sanjacobo casero, cachopo y paletilla de cordero al horno. La comida finaliza con postres caseros como la tarta de limón o el tocinillo de cielo, y siempre con un chupito de la casa como detalle final. Ubicado en un antiguo molino del siglo XV, El Molino de la Romera es un referente en Carmona tanto por su historia como por su propuesta gastronómica. Su estructura original se ha conservado, con salones de techos altos y patios con parras que mantienen una temperatura agradable durante todo el año. El aroma de la brasa de carbón de encina y el horno de leña impregna el ambiente, tentando a los comensales desde la entrada. La carta combina recetas tradicionales con un enfoque actualizado. Platos como alboronía, espinacas con garbanzos o bacalao confitado con guarniciones de la Vega de Carmona reflejan la apuesta por el producto local. También destacan las carnes a la brasa o sabores marineros, como bonito a baja temperatura en colorado con patatas confitadas y calamar de potera frito sobre pimientos asados. En la bodega, vinos tintos de Cazalla y aceites de oliva virgen extra de la comarca completan la experiencia. Seguimos en Carmona para sumergirnos en el restaurante de su histórico Parador. Erigido sobre las ruinas de un alcázar árabe del siglo XIV, el Parador de Carmona es un testimonio de la riqueza cultural de la ciudad. Su ubicación ofrece vistas privilegiadas de la Vega, mientras que su arquitectura mantiene detalles mudéjares, su patio central y el majestuoso salón bermejo, adornado con tapices y antigüedades. El antiguo refectorio del palacio, convertido en su restaurante, conserva sus altos techos y ventanales, creando un ambiente cargado de encanto. La propuesta gastronómica del Parador se basa en la cocina tradicional con influencias andalusíes, donde destacan platos como bacalao confitado al romero, espinacas con garbanzos al estilo de Carmona y alboronía. Las carnes ibéricas y los productos ecológicos de la huerta son protagonistas en una carta que apuesta por los sabores locales, sin olvidar los postres típicos como la torta inglesa o la de cidra. Todo ello en un entorno monumental, la excusa perfecta para escaparse a Carmona. Nuestra última parada en Carmona nos lleva hasta el restaurante La almazara. Como su nombre deja intuir, se ubica en una antigua almazara de aceite que ha sabido conservar la esencia industrial del edificio, integrando sus techos de madera, pilares de piedra y arcos de ladrillo en un espacio gastronómico con mucho carácter. Dividido en dos ambientes, su zona de barra ofrece una experiencia más informal, mientras que su comedor principal, con una atmósfera relajada, invita a disfrutar de su cocina con más calma. La carta, bajo la dirección del chef Ismael Castro, revisita la tradición con un enfoque renovado. Entre sus propuestas destacan la degustación de aceites AOVE con pan artesano, el lomo de bacoreta curada con almendras y AOVE de Los Alcores, o el arroz seco al tomillo con setas de otoño y alioli de foie. Además, el restaurante ofrece un menú degustación los fines de semana bajo reserva, convirtiendo la experiencia en un recorrido por el sabor de la tierra en un entorno que respira historia. Nos trasladamos a Cazalla de la Sierra para detenernos en Cortijo Vistalegre, un espacio gastronómico situado en un enclave privilegiado en pleno corazón del Parque Natural de Sierra Morena. Este restaurante y local de eventos cuenta con numerosas terrazas donde contemplar una vista panorámica del pueblo y la sierra, así como de sus jardines. Su propuesta gastronómica sienta el entorno a la mesa, nutriéndose de productores locales y poniendo el acento de su cocina en los productos autóctonos de la zona. En su carta destacan arroces, como el de arroz de ganso ibérico de la dehesa, de perdiz, conejo o pollo campero, varios tipos de croquetas, quesos y chacinas ibéricas, y numerosos cortes de carne. En el corazón de Marchena, el Convento de Santa María Purísima de la Concepción ofrece una experiencia gastronómica diferente, donde el pasado nobiliario y la tradición monástica se entrelazan. Este enclave nació en el siglo XVII cuando el duque de Arcos, Rodrigo Ponce de León, cedió parte de su Palacio Ducal a la orden de las Clarisas, convirtiéndolo en un convento de clausura que aún hoy sigue en funcionamiento. Además de hospedería, el convento ofrece menús caseros elaborados por las monjas, siempre bajo reserva previa. A través del torno, los visitantes pueden adquirir platos sencillos pero contundentes, como sopa de picadillo, pollo al horno con patatas o tortilla de patatas. Para el postre, no pueden faltar los dulces conventuales, con especialidades como croquetas de diferentes tipos, pechuguitas Villaroi o nuggets de pollo. Una propuesta humilde y llena de sabor que mantiene viva una de las tradiciones más arraigadas de la gastronomía conventual. Quizá una de las experiencias gastronómicas más singulares de la provincia sea comer en la Taberna Cuevas de Anita la de San Miguel, en alcalá de Guadaíra. Enclavada en una cueva del siglo XV, el origen del local se remonta a 1935, cuando Anita la de San Miguel abrió su primera taberna en la calle que hoy lleva su nombre. Su nieto Moisés Romero ha recuperado este concepto en un enclave especial, manteniendo la esencia de su abuela y combinándola con una propuesta gastronómica que mira al recetario tradicional. El espacio conserva la estructura original de la cueva, con paredes de roca natural que regulan la temperatura durante todo el año y un patio sevillano que aporta luz y frescura al conjunto. Además, el local acoge actuaciones de flamenco en vivo, aprovechando la acústica natural de la cueva para ofrecer espectáculos que complementan la experiencia culinaria. En la carta encontramos todo tipo de recetas clásicas y alguna propuesta más contemporánea, como el pan de Alcalá con aceite de oliva, chacinas y frutos secos, bacalao confitado con pisto y pilpil o sus carnes a la brasa, donde sobresalen el solomillo de vaca rubia gallega, la presa ibérica y las chuletitas de cordero con corte francés. Para el cierre, postres caseros como la torrija de pan brioche con helado casero y natillas ponen el broche final a esta experiencia. Ni es una galería, ni es un bar de tapas al uso, pero de alguna forma, lo es todo a la vez. En pleno corazón de Gerena, la Taberna Galería La Bomba fue concebida como un espacio donde la gastronomía y el arte convivieran en perfecta armonía. Así, este local combina la tradición hostelera de la familia Fernández Mayo con la creatividad del escultor Juan Fernández Mayo, cuyo trabajo con raíces de árboles llena el espacio de carácter y simbolismo. Cada rincón del establecimiento permite sumergir al comensal en una experiencia artística, desde sus esculturas en proceso hasta las poesías anónimas que los clientes dejan en sus paredes. El local cuenta con un patio adaptado a cada estación del año y un salón dividido en dos estancias, con una chimenea y un piano que refuerzan la atmósfera acogedora del lugar. En lo gastronómico, La Bomba no tiene cocina al uso, pero su carta se basa en productos de calidad que evocan la esencia de las tabernas clásicas. Chacinas, quesos, panes rústicos y una variedad de montaditos destacan en su oferta, con opciones como el «bacoli», de bacalao macerado en aceite con alioli y cebolla crujiente, o el «bomberito», elaborado con carne mechada, jamón y salsa al whisky casera. Para acompañar, cuentan con una cuidada selección de vinos que incluye mosto del Aljarafe, mistela, Ribera del Duero y vermú, entre otros.



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Author : (abc)

Publish date : 2025-02-27 01:19:00

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