Las torrijas son uno de los dulces más emblemáticos de la Semana Santa, junto con los pestiños , y, para muchos, un capricho esperado durante todo el año. Tras el aroma a canela, el toque de miel y esa textura inconfundible, hay todo un ritual heredado de madres y abuelas. Y uno de los secretos mejor guardados no está en su preparación, sino en su conservación . En este artículo os voy a enseñar cómo mi abuela me enseñó a guardar las torrijas. Y no es en el frigorífico… Al menos, no de inmediato. Ella las dejaba enfriar tranquilamente sobre