A pesar de que en la Luna no hay aire, nuestro satélite sí que alberga una delgada atmósfera, tan tenue que apenas resulta detectable. Los astrónomos la descubrieron en la década de los 80, al observar cómo una fina capa de átomos rebotaba sobre su polvorienta superficie. Se supone que esta delicada atmósfera, técnicamente conocida como 'exosfera' es producto de algún tipo de erosión, pero nadie hasta el momento había conseguido averiguar en qué consisten exactamente los procesos que la hacen posible. Ahora, un equipo de investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y de la Universidad de Chicago