Cuando celebrar un cumpleaños se convierte en rutina forzosa es que algo falla. Y eso es más o menos lo que le ocurre a Isabel Pantoja , quien hoy sopla las velas de su 68º aniversario muy lejos de los festejos de antaño. Deudas, rencores y relaciones envenenadas marcan una efeméride solo alegrado por las viejas canciones de antaño. Hubo un tiempo en el que Cantora se engalanaba con el cumpleaños de esta artista singular. La casa era un ir y venir de gente, unos más deseados que otros, pero la música, la comida, la bebida, las risas y los bailes inundaban el hogar de Pantoja , una algarabía casi desmadrada que se extendía hasta el amanecer y donde la artista recibía tratamiento de diva (o hasta divinidad). Ahora todo es bien diferente. Casi se podría decir que será un día más en la vida de la tonadillera, tantos son los frentes abiertos que tiene y tantos son los rencores que mantiene. Hubo tiempos mejores en el clan Pantoja, qué duda cabe. Dicen que solo en los escenarios y su gira encuentra alegría, como si necesitara esas viejas canciones para olvidar. Aunque la gira también le está dando problemas, principalmente de salud . Pero lo que más cuesta es lo que lleva a sus espaldas: el recuerdo de su madre, la distancia con sus hijos, sus deudas con el fisco… Lo último, ya se sabe, es que su lastimosa situación económica la ha llevado a querer vender su piso de Sevilla, comprado antes de estar con Paquirri, con cuñada dentro. Allí permanece la japonesa Junco , viuda de Bernardo Pantoja. Cuidó hasta el final a su querido marido, el hermano de Isabel, y no quiere marcharse de su hogar. Hace ya muchos años que la cantante no tiene relación con Kiko Rivera . Hubo una herencia envenenada y un paseo por los platós del hijo arremetiendo sin piedad contra su madre que provocaron el distanciamiento. El rencor ha impedido solucionarlo con el tiempo . Hubo momentos en los que parecía que podía solucionarse la cosa, pero todo pareció más bien teatrillo. Lo cierto es que Kiko Rivera no se pasará por el cumpleaños de su madre y hay quien dice que ni siquiera la felicitará. Por el camino también ha quedado su hija Isa . Ella sí ha realizado intentos reales de volver a relacionarse con su madre, pero esta no quiere saber nada. La pequeña de los Pantoja ha rehecho su vida junto a su hijo y su pareja, Asraf Beno , y al menos le queda su buena relación con Anabel Pantoja . Pero si hay que marcar una fecha para dictaminar el fin de la alegría en el clan Pantoja, esa fue el 28 de septiembre de 2021. Fue entonces cuando falleció Ana Pantoja , la madrísima de Isabel, la persona a la que más quiso y más cerca tuvo en todo momento, los buenos y los malos. Cuando quería llorar, Isabel acudía a sus brazos. Cuando quería reír, lo mismo. El 68º cumpleaños le pilla a Isabel Pantoja en plena gira por España, un tour que ha tenido sus más y sus menos. La gente todavía quiere verla y ella se entrega en cada concierto . Lo que sucede es que su salud no le permite aguantar el ritmo que ella quisiera, por lo que ha tenido que cancelar varios shows. Ella necesita los conciertos por dos aspectos: el financiero y el sentimental. Necesita dinero, claro, pero también darse ese baño de ego que le aporta el aplauso rendido del público. Actualmente encuentra más afecto en la masa anónima que en su propia sangre. Qué tiempos aquellos los de Cantora .
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Author : (abc)
Publish date : 2024-08-02 08:23:27
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