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Europa espera los nuevos fármacos para el alzhéimer

Europa espera los nuevos fármacos para el alzhéimer



La enfermedad de Alzheimer afecta en España a más de 800.000 personas. Cada año se diagnostican unos 40.000 nuevos casos, más de un 65%, en mujeres, y en un 90%, en personas mayores de 65 años. Con motivo del Día Mundial de la enfermedad de Alzheimer, la Sociedad Española de Neurología (SEN) ha querido advertir que el tiempo que discurre entre la aparición de los primeros síntomas de la enfermedad y se obtiene un diagnóstico puede superar los 2 años. Por esa razón, y teniendo en cuenta que alrededor del 50% de los casos no se diagnostican hasta que paciente ha desarrollado una fase moderada de la enfermedad, y que entre el 30 y el 50% de las personas que padecen algún tipo de demencia no llegan a ser diagnosticadas formalmente, existe aún un alto infradiagnóstico de esta enfermedad y, sobre todo, en los casos que aún son leves: en España la SEN estima que más del 50% de los casos que aún son leves están sin diagnosticar. «Las demencias en general, y la enfermedad de Alzheimer en particular, tienen consecuencias devastadoras. No sólo en cuanto a mortalidad, sino también en morbilidad y pérdida de calidad de vida, tanto para las personas que la padecen como para sus cuidadores. En todo el mundo, la enfermedad de Alzheimer supone el 12% del total de años vividos con discapacidad debido a una enfermedad. Además, cerca del 60% de los cuidadores presentan también morbilidades, principalmente psiquiátricas, como ansiedad o depresión, como consecuencia directa de la sobrecarga por el cuidado», comenta Raquel Sánchez del Valle , Coordinadora del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la SEN. Mejorar el diagnóstico es desde luego una prioridad, pero también lo son los tratamientos. Actualmente se está investigando más de 100 nuevos compuestos y, tras 20 años sin novedades, en el último año, en EE.UU. y en otros países como Reino Unido, Japón, China o Israel , se han aprobado ya fármacos, dirigidos contra la proteína amiloide que se acumula en el cerebro de los pacientes, que consiguen ralentizar el avance de esta patología en fases iniciales. Estos nuevos medicamentos, destinados a ralentizar la progresión de la enfermedad de Alzheimer, son, entre otros aducanumab (Aduhelm), lecanemab (Leqembi) y donanemab. Pertenecen a una clase de medicamentos llamados anti-amiloides, que tienen como objetivo reducir las placas amiloides en el cerebro, una característica distintiva del Alzheimer. A pesar de su promesa, han generado una controversia significativa. Sin embargo, ninguno ha llegado todavía a España porque la Agencia Europea del Medicamento (EMA) recomendó que dos de estos fármacos -lecanemab y aducanumab-, no se aprobasen en la Unión Europea por un balance riesgo-beneficio que consideran desfavorable. La no aprobación por parte de la EMA ha dejado a los pacientes de la Unión Europea sin posibilidad de recibir estos fármacos. Esta revolución en el tratamiento del alzhéimer viene tras más de 20 años sin grandes novedades. Hasta ahora solo se contaba con fármacos dirigidos a los síntomas, pero la nueva generación de medicamentos tiene como objetivo atacar al origen de la enfermedad en estados iniciales para enlentecer su progresión. Aducanumab : Aprobado por la FDA en 2021, fue el primer fármaco en casi dos décadas que abordaba el Alzheimer a nivel del amiloide. Sin embargo, su aprobación fue recibida con escepticismo debido a los resultados contradictorios de los ensayos clínicos. Aunque mostró eficacia en la reducción de las placas de amiloide, no se estableció firmemente la correlación entre la reducción de las placas y la mejora cognitiva real. Además, el fármaco está asociado con efectos secundarios graves, como inflamación cerebral y microhemorragias, lo que ha suscitado preocupaciones sobre su seguridad. Lecanemab : Aprobado en EE.UU. en 2023, este medicamento ha mostrado resultados más consistentes en la ralentización del deterioro cognitivo en pacientes con Alzheimer en etapas tempranas. También actúa sobre las placas amiloides y, aunque los estudios indican beneficios modestos, persisten las preocupaciones sobre la inflamación cerebral y las hemorragias. Donanemab : Este medicamento, aún en investigación pero con probabilidades de obtener una aprobación más amplia, funciona de manera similar a lecanemab al atacar las placas amiloides. Al igual que los otros, conlleva riesgos de edema cerebral y hemorragias, lo que plantea interrogantes éticos sobre su uso, especialmente en poblaciones vulnerables. Actualmente, la EMA está revisando donanemab, fármaco desarrollado por Eli Lilly. La controversia en torno a estos medicamentos se debe a la necesidad de equilibrar sus modestos beneficios clínicos con los riesgos significativos para la seguridad. Además, la capacidad del sistema de salud para administrar estos tratamientos de manera segura, incluyendo la necesidad de pruebas genéticas y de imagen para mitigar los riesgos, es otro tema crítico. Esta pregunta se la hacen la mayoría de los pacientes y familiares de personas con alzhéimer. La aprobación de fármacos en Europa es diferente a la EE.UU. debido a varias razones clave. Eficacia : Las agencias reguladoras europeas, como la EMA, suelen ser más estrictas en su evaluación de la eficacia clínica. A menudo requieren evidencia más sólida de que los fármacos no solo reducen biomarcadores, como las placas de amiloide, sino que también ofrecen una mejora significativa y sostenida en la cognición y la calidad de vida de los pacientes. Fármacos como aducanumab fueron aprobados en EE. UU. basándose en datos limitados que mostraban una reducción en amiloides, pero los reguladores europeos quieren pruebas más concluyentes sobre los beneficios clínicos directos. Seguridad : Los efectos secundarios graves, como inflamación cerebral y hemorragias, han sido una fuente importante de preocupación. La EMA ha expresado cautela respecto a los riesgos asociados con estos tratamientos, especialmente en poblaciones vulnerables como las personas mayores. Proceso de aprobación más riguroso : Europa tiende a tener un enfoque más conservador y exigente en la aprobación de nuevos medicamentos, lo que significa que los fabricantes deben proporcionar datos más amplios y a menudo realizar estudios adicionales para satisfacer los estándares regulatorios europeos. Esto contrasta con el proceso de aprobación acelerada que se usa a veces en EE. UU., como ocurrió con aducanumab bajo la regulación de « aprobación acelerada « de la FDA. Es decir, la combinación de preocupaciones sobre la eficacia y la seguridad, junto con un proceso regulatorio más exigente, explica por qué estos fármacos todavía no han sido aprobados en Europa al mismo ritmo que en EE. UU. Pero las personas afectadas por el alzhéimer esperan que este embrollo se resuelva cuanto antes. Así, desde la Fundació ACE (Ace Alzheimer Center Barcelona) se espera que las autoridades reguladoras europeas resuelvan pronto la situación de estos nuevos tratamientos para el alzhéimer. «Los ciudadanos europeos deberían saber lo antes posible si podrán beneficiarse de este tratamiento. Los médicos que estamos en contacto con las personas diagnosticadas y sus familias también estamos interesados en conocer lo antes posible si es necesario desplegar las estrategias pertinentes para implementar en la rutina clínica los conocimientos adquiridos y la experiencia acumulada a lo largo de los años», aseguran Además, subrayan la importancia de preparar a los sistemas de salud europeos para su correcta implementación y sugiere la creación de estudios para generar datos del mundo real sobre su uso, y alertan sobre los riesgos de desigualdad si Europa no accede a estas terapias, lo que podría perjudicar a los ciudadanos europeos en comparación con otras regiones donde estos tratamientos ya están disponibles. La cura del alzhéimer aún está lejos por la imposibilidad hoy en día de ‘resucitar’ neuronas. A lo que se aspira en el corto-medio plazo es a frenar su avance. Por eso es importante actuar rápido para que el déficit sea lo menos posible. Aparte de los fármacos anti-amiloides , existen otras líneas de investigación con terapias contra las proteínas TAU y terapias génicas por lo que todos los expertos consultados se muestran optimistas, aunque con cautela, respecto al futuro del tratamiento de la enfermedad.



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Author : (abc)

Publish date : 2024-09-20 23:33:00

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