La Semana Santa de Sevilla tiene una banda sonora original digna de las mejores películas. Algunas de sus marchas más emblemáticas nos transportan directamente a aquellas imágenes y cofradías a las que están dedicadas al identificarse con su idiosincrasia e interpretarse siempre en los mismos lugares. Así ocurre, por ejemplo, con los austeros sones del maestro Pantión para el Señor de las Penas de San Vicente o el lúgubre lamento de Gómez-Zarzuela para la Virgen del Valle. No obstante, no siempre sucede tal comunión, pese a que algunas piezas son particularmente meritorias y casan a las mil maravillas con la hermandad para la que se escribieron. Le pasa a una de las obras más jubilosas y graciosas de todo un peso pesado de la música procesional como Pedro Gámez Laserna , que hace 54 años compuso la primera marcha dedicada a la Estrella. Se trata de ‘Virgen de la Estrella’ , partitura de cuatro minutos y medio que está presente en gran cantidad de repertorios de bandas de música y es considerada uno de los clásicos dentro de las marchas de corte alegre. Se estrenó el 22 de marzo de 1970 , Domingo de Ramos, tras el paso de palio de la dolorosa trianera, a cargo del Carmen de Salteras. Aquel fue el último año que la formación aljarafeña acompañó musicalmente a la hermandad de la Estrella. Con la estructura clásica de introducción, tema principal, fuerte de bajos, reexposición del tema principal y trío (la ‘forma marcha’ creada por López Farfán), la obra refleja una luz que conduce directamente al Domingo de Ramos . Suena a barrio, a la dulzura de la Virgen de la Estrella avanzando hacia Sevilla desde el Altozano y el puente bajo el cielo radiante de una de las tardes más esperadas del año. Sin embargo, el plato fuerte llega en los compases finales a golpe de tresillo. La figuración del trío de ‘Virgen de la Estrella’ es lo que la diferencia del resto de composiciones de la Semana Santa. Gámez volcó una vez más su genio, en esta ocasión con una peculiar subdivisión ternaria de los compases que dotan a la marcha de un inusual e inconfundible aire de vals . Esto provoca una sensación peculiar en el discurrir del paso de palio, casi como si se encontrase en mitad de una danza de palacio. Sí que es cierto que el ritmo de los tresillos se marca más en concierto o versiones de estudio que en la calle, debido a la cadencia del paso de los costaleros. Aunque es una marcha que suena tras la imagen para la que está concebida, y la propia hermandad de la Estrella celebró en 2020 su cincuentenario con un concierto conmemorativo a cargo de la Oliva de Salteras, es cierto que no se interpreta tanto como otras composiciones de menor calidad dedicadas a la corporación del Domingo de Ramos. Sea como fuere, la obra musical con la que más se identifica la cofradía en la calle no es otra que ‘La estrella sublime’, compuesta por Farfán en 1925 para la Virgen de la Hiniesta, pero que popularmente se ha vinculado mucho a la dolorosa de la calle San Jacinto. ‘Virgen de la Estrella’ se ha grabado en trabajos de distintas bandas, siendo la primera vez cuando el Soria 9 la incluyó en su disco ‘Marchas de la Pasión en Sevilla (vol. III)’ en 1972 . Desde entonces, la Oliva de Salteras, formación que lleva más de cuarenta años consecutivos tocando tras la Estrella, la ha recogido en dos ocasiones: en ‘Semana Santa en Triana’ (1988) y ‘1913… desde Salteras’ (2013) . Otras bandas que la han grabado son la Filarmónica de Pilas y las Nieves de Olivares. El 25 aniversario de la coronación canónica de la Estrella, con las dos salidas extraordinarias de la dolorosa trianera , puede ser un momento idóneo para poner en valor esta excelente obra que, sin duda, es la mejor de cuantas atesora en su patrimonio musical la hermandad de la Estrella.
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Author : (abc)
Publish date : 2024-10-28 23:01:17
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La marcha de Gámez Laserna para la Virgen de la Estrella que termina a ritmo de vals
