Viajar en avión se ha convertido en una opción cada vez más asequible, hasta el punto de que hacer una escapada de fin de semana a otra ciudad europea cuesta lo mismo —o menos— que salir a cenar en una gran ciudad. En este sentido, no es extraño encontrar ofertas donde lo más caro de viajar ya no es el billete de avión, sino el alojamiento. Desde España, por ejemplo, es posible volar a cualquier ciudad del centro de Europa por precios irrisorios, en ocasiones más bajos que lo que cuesta un billete de tren entre dos ciudades dentro del país. No es raro encontrar trayectos por menos de 30 euros ida y vuelta, e incluso por debajo de los 20 en temporadas concretas. ¿Un ejemplo de ello? Sin ir más lejos: Lisboa. Desde el aeropuerto de Barcelona es posible encontrar vuelos este mes de marzo a la capital portuguesa por nada menos que 18 euros. Esto convierte a Lisboa en el destino ideal para una escapada de fin de semana, por ejemplo en pareja. No en vano, el prestigioso medio ‘National Geographic’ la define como «un encantador destino por sus barrios de aires bohemios y sus rincones detenidos en el tiempo». Si decides aprovechar esta oportunidad para conocer la capital portuguesa, hay algunos lugares que no puedes perderte. El Castillo de San Jorge es uno de ellos. Ubicado en lo alto de una colina, este castillo medieval ofrece unas vistas panorámicas espectaculares de Lisboa y el río Tajo. Otro de los rincones con más encanto es el Barrio de Alfama, el más antiguo de Lisboa y posiblemente el más auténtico. Sus calles estrechas y empinadas, sus casas con fachadas de azulejos y su ambiente tradicional lo convierten en un laberinto fascinante. Además, es el epicentro del fado, la música melancólica portuguesa que se puede disfrutar en sus múltiples bares y locales. El Monasterio de los Jerónimos es otra de las paradas obligatorias. Este impresionante monasterio de estilo manuelino es Patrimonio de la Humanidad y uno de los símbolos del poderío naval de Portugal. Su claustro es una obra maestra del gótico tardío y refleja el esplendor de la Era de los Descubrimientos. No muy lejos de allí se encuentra la Torre de Belém , otra joya arquitectónica que también ostenta el título de Patrimonio de la Humanidad. Situada a orillas del Tajo, esta fortaleza del siglo XVI servía como punto de defensa y vigilancia. Hoy es uno de los monumentos más icónicos de Lisboa y un lugar perfecto para contemplar el atardecer. Por último, no se puede abandonar la ciudad sin visitar la Plaza del Comercio (Praça do Comércio), una de las más majestuosas de Europa. Situada junto al río y rodeada de edificios neoclásicos de colores, es un símbolo de la reconstrucción de Lisboa tras el devastador terremoto de 1755.
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Author : (abc)
Publish date : 2025-02-14 17:44:00
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