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La inmortalidad del Optimist



El Optimist es, sin ningún género de duda, la clase de vela infantil por excelencia. Creado en Estados Unidos en el año 1947 por Clark Mills, el barco es sencillo: un casco, un mástil, una vela, un timón, tres flotadores -dos en los laterales y uno en popa-, un utensilio muy importante como es el achicador y poco más. Su concepto de barco rectangular como una caja de zapatos, con proa plana , hace que sea poco hidrodinámico e incluso contra natura si lo que se busca es que sea un barco rápido, ya que la resistencia al agua es grande; pero al fin y al cabo no se busca la velocidad, sino que sea un barco estable y donde el regatista se sienta seguro. Y es que más de medio siglo después de su creación, sigue siendo la clase con más miembros en todo mundo y el ejemplo lo tenemos todos los fines de semana en cualquier club de España, donde las regatas no bajan del centenar de participantes. Y luego tenemos la suerte de tener en nuestro país el circuito Optimist Excellence Cup, que es la gran referencia internacional y espejo mundial con Palamós, Valencia y Torrevieja, regatas que cuentan con medio millar de participantes cada una de ellas año tras año. Aunque es cierto que la vela está evolucionando hacia el mundo foil, el Optimist afortunadamente sigue y seguirá siendo el barco de iniciación. La vela de competición no solo es correr y volar . Para llegar a este siguiente nivel, primero hay que saber navegar, lo que significa aprender a leer los vientos, pensar una estrategia y aplicar una táctica, y esto sí se aprende en el Optimist. Es por ello que, por muchos intentos de cambio, el Optimist no solo sobrevive, sino que se retroalimenta. Se ha convertido en una clase inmortal, insustituible e insumergible.



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Author : (abc)

Publish date : 2025-02-28 19:25:00

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