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El suicidio en la industria musical, una crisis silenciosa con cifras alarmantes



El mundo de la música está lleno de luces y aplausos, pero tras la euforia del espectáculo se esconde una realidad alarmante: los músicos presentan una de las tasas de suicidio más altas del mundo. Así lo revela un estudio reciente que describe la industria musical como un entorno «profundamente peligroso». «La música es una industria insegura», advierte el sociólogo George Musgrave, investigador en Goldsmiths, Universidad de Londres, y coautor del estudio publicado en la revista ‘Frontiers of Public Health’. «Las estadísticas son alarmantes, impactantes . Ningún otro sector toleraría este nivel de pérdida de vidas, y nosotros tampoco deberíamos hacerlo». El informe revela que, en Inglaterra, los músicos ocupan el cuarto lugar entre los grupos ocupacionales con mayor índice de suicidios, sólo por detrás de los trabajadores de la construcción, los oficios de acabado de edificios y los agricultores . En el caso de los hombres músicos, la tasa de suicidio es un 20% superior al promedio nacional masculino, mientras que las mujeres presentan una situación aún más alarmante, con una tasa 69% mayor que el promedio femenino nacional. La situación en Estados Unidos no es mejor: los músicos figuran entre los profesionales con mayor riesgo, con tasas de suicidio notablemente elevadas tanto en hombres como en mujeres. En 2012, 2015 y 2021, la categoría que engloba las artes, el entretenimiento y los medios tuvo la mayor tasa de suicidio femenino de cualquier otro sector. En el caso de los hombres, el índice alcanzó los 138,7 por cada 100.000 habitantes, casi diez veces más que el promedio nacional. Musgrave, quien antes de dedicarse a la academia firmó un contrato como rapero con Sony Music , rechaza la idea de que estos datos se expliquen por una visión romántica y estereotipada del artista torturado. «Es un mito pensar que los músicos son almas atormentadas, oscuras y enigmáticas, y que, por extensión, pueden ser suicidas», señala. Más bien, el estudio detalla una serie de factores de riesgo que hacen de la música una profesión mentalmente exigente: ansiedad, depresión, inestabilidad económica , estrés por la exposición pública y el escrutinio en redes sociales, así como la soledad y en algunos casos, las situaciones privadas que a menudo inspiran su arte. La obsesión con la excelencia y la constante incertidumbre laboral tampoco ayudan. Un informe publicado en 2023 por el sindicato británico Musicians’ Union, (MU) junto con la organización benéfica Help Musicians, encontró que tres de cada diez músicos en el Reino Unido han experimentado problemas de salud mental . Naomi Pohl, secretaria general del sindicato, reconoce que la industria ha comenzado a tomar conciencia de la crisis de bienestar que enfrentan los artistas, pero advierte que aún queda mucho por hacer. «Hay empresas que han desarrollado sólidos sistemas de apoyo para sus músicos», explica, aunque destaca que la mayoría son autónomos y tienen dificultades para acceder a ayuda. «El 70% de los músicos trabajan como ‘freelancers’, lo que significa que no pueden acogerse a bajas por enfermedad ni cuentan con compañeros o superiores a quienes recurrir cuando atraviesan dificultades». Para Sarah Woods, directora ejecutiva de Help Musicians, la precariedad económica también juega un papel clave. «La reducción de ingresos, la disminución de oportunidades para actuar, el colapso de los circuitos independientes y el menor poder adquisitivo de los fans están dejando a los músicos en una situación financiera muy delicada», explica. Un problema que, además de empujar a muchos a abandonar la industria, supone «una amenaza constante para la salud mental de quienes siguen en ella». Ante esta crisis, la organización ha creado «Music Minds Matter», un servicio de asistencia disponible las 24 horas para músicos en busca de apoyo emocional. Grandes discográficas como Sony, Warner Music y Universal también han comenzado a implementar medidas para mitigar la crisis de salud mental en la industria. En 2021, Sony nombró un director de bienestar para artistas y empleados, una señal de que la preocupación por el tema va en aumento. Pero para Musgrave y su colega Dorian Lamis, coautor del estudio y psicólogo en la Universidad de Emory, en Atlanta, estos esfuerzos aún son insuficientes. Ambos consideran urgente la adopción de un modelo de prevención similar al «marco de cero suicidios» que ya se ha implementado en otros sectores. «Los datos de mortalidad ocupacional en el Reino Unido y Estados Unidos deberían hacernos reflexionar a todos los que amamos la música», sentencia Musgrave El Marco de Cero Suicidios (Zero Suicide Framework) es un enfoque basado en la evidencia para la prevención del suicidio dentro de los sistemas de salud, centrado en la identificación temprana, el tratamiento efectivo y el seguimiento continuo de personas en riesgo. Surgió en Estados Unidos en el 2012 y se fundamenta en la idea de que los suicidios son prevenibles mediante estrategias organizadas, como la capacitación del personal, el uso de herramientas de detección y la atención personalizada. Se aplica principalmente en Estados Unidos, Australia, Canadá y otros países europeos, como el Reino Unido, donde hay iniciativas específicas para sectores como por ejemplo el de la construcción.



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Author : (abc)

Publish date : 2025-03-10 13:47:00

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