Nació como el «museo del presente», según la etiqueta que le puso su primer director, Rafael Doctor. Con el paso de los años, y van veinte, aquel presente ya no es tal, y el Musac ha ampliado la mirada más allá, y más acá, de aquellos años del cambio de milenio a los que atendía cuando abrió sus puertas el 1 de abril de 2005. Tras la fachada de colores inspirada en una de las vidrieras más antiguas de la catedral de León, en el premiado edificio leonés firmado por los arquitectos Luis Moreno Mansilla y Emilio Tuñón, buscaba entonces convertirse en «referente en la incorporación de todo tipo de artes tecnológicas y digitales», tal como se exponía en el decreto de 22 de marzo de 2005, por el que se creaba el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León. Con el ascenso a la dirección, en 2009, de Agustín Pérez Rubio, hasta entonces conservador jefe del museo, el periodo de referencia ya se abre levemente para retrotraerse a la caída del muro de Berlín (1989) y recoger un momento en el que los profundos cambios sociales y políticos también se plasmaron en la creación artística. Su sucesor, Manuel Olveira, director desde 2013 hasta 2021 -tras un periodo de transición de tres meses presidido por Eva González-Sancho-, ensanchó el marco hasta los años sesenta del siglo XX. El responsable del centro desde noviembre de 2021, Álvaro Rodríguez Fominaya, suscribe «plenamente» esa ampliación del «campo de la mirada», que cree «absolutamente necesaria». Aquel «museo del presente» ya es también memoria de un periodo que supera con creces sus dos décadas de vida. Nacido en un momento de vacas gordas, la crisis posterior fue menguando los presupuestos para adquisiciones desde los más de dos millones por año iniciales a los alrededor de 70.000 euros de los últimos ejercicios. Una colección propia integrada por 1.171 obras de 436 artistas nacionales e internacionales permite ofrecer muchas lecturas sobre el arte contemporáneo, objetivo que se ha marcado el actual director del centro dependiente de la Consejería de Cultura. Rodríguez Fominaya se propone «generar momentos de singularidad, momentos que generen identidad para la colección» y profundizar en determinados autores relevantes y bien representados en los fondos propios. En su cara más visible, las exposiciones de estos veinte años se iniciaron con la colectiva ‘Emergencias’, que a partir de una selección de la propia colección marcaba el rumbo a seguir, con obras de artistas nacionales e internacionales que invitaban a la reflexión sobre asuntos como los conflictos bélicos, la migración, la pobreza o la discriminación. Ese primer año la programación se detuvo también en la realidad artística castellano y leonesa, mediante individuales de Dora García y Enrique Marty. Aquella etapa inicial dirigida por Rafael Doctor estuvo marcada por otros nombres del panorama internacional, como Pierre Huyghe, Shirin Neshat, Dominique González Foerster en su primera individual en España, Julie Mehretu, Muntean/Rosenmblum o los arquitectos japoneses Kazuyo Sejima y Ryue Nishizawa (SANAA). En tiempos de Agustín Pérez Rubio, como se apunta desde el propio Musac, los feminismos estuvieron muy presentes en la programación, línea en la que marcó un hito la propuesta de 2012 ‘Genealogías feministas en el arte español (1960-2010)’, con obra de Eva Lootz, Pilar Albarracín, Castorina, Elena del Rivero, Paloma Navares o Paz Muro, entre otras muchas. Dos años antes, en la celebración del primer lustro del museo se desarrolló el proyecto Primer Proforma, con Txomin Badiola, Jon Mikel Euba y Sergio Prego, que desbordaba el concepto de las exposiciones al uso y se sumergía en el proceso creativo durante cuarenta días. Como aportación de Manuel Olveira, el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León se abrió a la poesía visual en exhibiciones como ‘TLALAATALA. José Luis Castillejo y la escritura moderna’ y ‘Constelaciones. Poesía experimental en España (1963-2016)’, además de acoger individuales de figuras como Concha Jerez (2014) y Wolf Vostell (2018).La llegada de Rodríguez Fominaya con la intención de «poner el foco en la obra de arte y los artistas» y «repensar la idea del arte» dio pie en 2022 a muestras de Teresa Burga, Menchu Lamas, el burgalés Fernando Renes -con un proyecto específico para el museo- y el iraní Y.Z. Kami. 2023 fue el año de Juan Ugalde y ‘La nave de los locos’, y de una nueva mirada a la propia colección con ‘Exotermia’, una reflexión sobre el hecho expositivo mismo. ‘En busca del origen’, la mayor muestra monográfica celebrada en España de la cubana Ana Mendieta, abrió el programa del pasado año junto a una nueva revisión del fondo propio: ‘Epílogo’, e incluyó exposiciones de la escultora leonesa María Luisa Fernández y del pintor Alavés Prudencio Irazabal. Esa temporada más reciente se recordará como la del acontecimiento Ai Weiwei y su ‘Don Quixote’, que ha revolucionado las salas del museo con la mirada a sus últimos veinte años de arte y activismo, los mismos que cumple el Musac.
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Author : (abc)
Publish date : 2025-03-29 11:23:00
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