Es teniente de hermano mayor en la junta de gobierno de José Luis del Pino en la Vera-Cruz y camarera de los titulares desde que se bendijo la Virgen del Dulce Nombre. Salud Aguilar fue hermana mayor entre 2014 y 2020 durante dos mandatos, pero también ha ocupado los puestos de prioste y censor. Cordobesa de nacimiento, tiene 64 años de edad y es historia y presente de esta corporación. -Es de las hermanas fundadoras de la archicofradía de la Vera-Cruz. ¿Cómo recuerda aquellos momentos iniciales? -Llegué a la archicofradía a través de mi hermano, que es el vestidor de nuestros titulares, que, estando en la Legión de María, junto con un grupo de jóvenes decidieron formar su cofradía y me uní al proyecto con ellos para trabajar. Poco más de 40 años después, pues mira la que hemos liado porque teníamos solo ilusión; las manos, vacías. -¿Cómo fueron armando el proyecto? A base de sumar a personas y con mucho trabajo, ¿no? -Claro, de llenar de ilusión a la gente de un nuevo proyecto. Encontramos cobijo en las Madres Filipenses, allí en el Buen Pastor, y los primeros cultos los hicimos con una Virgen dolorosa que ellas tenían allí en su capilla, lo que hoy es San Roque, y a la que nosotros le seguimos llamando nuestra Madre. Y con aquella Virgen es con la que primero hicimos nuestros cultos hasta que ya empezamos a hacer cruces de mayo allí en la plaza de Judá Leví, rifas para poder sacar dinero y encargar nuestra titular Mariana, que fue lo primero que nosotros encargamos, a María Santísima del Dulce Nombre. -¿Ustedes eran vecinos del Campo de la Verdad? -No, yo no. Yo en mi adolescencia pertenecí a la hermandad de la Esperanza porque yo he vivido prácticamente media vida en Santa Marina. Acabé en lo que era un proyecto de hermandad nueva, que se fundó y después decidió reorganizar lo que era la antigua y extinta hermandad de la Vera-Cruz en el convento de las Madres Filipenses. Y después, claro, una vez que tuvimos nuestra Virgen pues encargamos a Nuestro Señor de los Reyes y empezamos a buscar una iglesia que nos diese cobijo y nos diese asilo, digamos, para poder buscar, mirar a futuro, dónde salir, dónde crear una hermandad grande. Y en nuestro peregrinar, buscando iglesias y después de muchos noes, encontramos sitio en la parroquia de San José y Espíritu Santo, donde nos acogió don José Luque Requerey, y por eso estamos en el Campo de la Verdad. Llevamos ya 40 años allí. -¿Qué cree que la Vera-Cruz le da al Campo de la Verdad y viceversa en el momento presente? -Estamos involucrados completamente en la pastoral de la parroquia, como catequistas, como colaboradores diarios, llevando Cáritas parroquial junto con la hermandad del Descendimiento . Nuestras aportaciones en todos los sentidos, tanto físicas con personas trabajando, como económicas en nuestra Cáritas parroquial y ayudando en todo lo que nuestro barrio necesita. Hacemos nuestros ensayos solidarios, nuestra recogida de alimentos en Navidad atendiendo a nuestros vecinos y a nuestros hermanos. Y aportamos cuando llegamos savia nueva. Éramos un grupo de jóvenes que llegaba con mucha ilusión , con una Virgen nueva, con intenciones de hacer una hermandad grande y en ello seguimos trabajando. -¿Mantienen el proyecto de acompañamiento a personas mayores? -Sí, tanto el Descendimiento como nosotros tenemos un proyecto en el que trabajamos con los mayores. Y ahora estamos llevando adelante el proyecto que también el Ayuntamiento, a través de la Agrupación, ha empezado a hacer de que los jóvenes de nuestras hermandades también acompañen a los mayores. Entonces ahora tienen más actividades porque tienen las actividades con nosotros, con los más mayores y después tienen también actividades con los jóvenes de las dos hermandades. -¿En los comienzos hubo momentos duros en los pensaron que no lo conseguirían? -Hombre, duros son los comienzos. No tienes nada, nada más que ilusión, pero también llega un momento en que te das cuenta de que el trabajo, el duro trabajo y el constante trabajo y, sobre todo la fe, hace que los sueños se hagan realidad. -¿Cómo vio a la archicofradía de la Vera-Cruz el Domingo de Ramos pasado, en su nueva jornada? -Fue un domingo un poco complicado , meteorológicamente hablando. Llenos de ilusión porque por fin habíamos cambiado de día, que era lo que llevábamos tiempo intentando conseguir, porque había un momento en el que nos habíamos estancado y pensábamos que un cambio nos haría crecer, y efectivamente así ha sido. Salimos con toda la ilusión y nos tuvimos que quedar en Catedral porque empezó a llover. Y al final nos llovió a la ida y nos llovió a la vuelta (el Domingo de Resurrección). Y las previsiones meteorológicas tampoco son muy halagüeñas para este año y no sabemos si al final podremos estrenarnos en nuestro recorrido completo este Domingo de Ramos Al menos pudimos salir, conseguimos llegar hasta la Catedral y postrarnos ante el Santísimo , que realmente es el sentido de la estación de penitencia y eso sí pudimos cumplirlo. -En las cifras de este año llevan 209 nazarenos, más todos los hermanos costaleros y demás. ¿Están satisfechos? -Estamos satisfechos porque seguimos creciendo. Somos una hermandad joven porque una hermandad creada en el año 80 es una hermandad joven, estamos en un barrio humilde, sí atraemos gente de muchos barrios de la ciudad. Es haber rebasado la barrera de los 600 hermanos , algo que no habíamos conseguido nunca, y por fin conseguimos el año pasado, y este año ha se superado aún más. Tener más nazarenos de luz que acompañen a nuestros titulares, y tener también más costaleros, este año en la igualá del Señor de los Reyes: ha sido tan abrumador la asistencia que ha habido gente que no ha entrado, que han quedado fuera. Eso te hace pensar que realmente la decisión que tomó aquel cabildo general de hermanos de cambiar de día fue una decisión acertada. -La Cruz de la Vida, el palio casi terminado, a falta de los interiores de la bambalina, los 40 años de la bendición de la Virgen, la incorporación del Lignum Crucis, ¿qué otros momentos importantes considera que ha vivido dentro de la hermandad? -El ir a Sevilla a recoger a mi Virgen, el verla por primera vez; la llegada del Señor de los Reyes; la bendición de las dos imágenes; todos esos son momentos muy especiales. El acompañar y el estar con nuestros hermanos en sus momentos difíciles, todos esos son momentos que uno vive porque al final somos una gran familia . Somos la familia que hemos elegido, y sobre todo, internamente el vivir eso, esa fe en común, ese amor hacia Dios y su bendita Madre en común, en común con tu gente. -La convivencia y esos instantes cotidianos, ¿no? -Eso es lo más bonito de la vivencia, el ver que vas consiguiendo todas esas cosas, todo ese patrimonio magnífico , que lo queremos hacer así, aunque tardemos más en hacerlo para que perdure en el tiempo. Pero los momentos que se viven mientras que todo eso se va consiguiendo es lo más importante. -¿Y lo que recuerda con más cariño de cuando fue hermana mayor? -Como hermana mayor para mí lo más importante fue la llegada de la santa y sagrada reliquia del Lignum Crucis . Es lo más importante que mi hermandad tiene. Y se le da muchísimo realce durante la estación de penitencia, en nuestros cultos, el Viernes Santo en la parroquia. La portamos a mano durante nuestra estación de penitencia para que todo aquel fiel o creyente que quiera acercarse y besarla pueda hacerlo con total libertad. Al final de mi mandato yo puse en marcha la Cruz de la Vida y mucha gente me decía: «Pero, ¿ahora, si te faltan pocos meses para irte? No vas a ser la hermana mayor». Digo pero es que la cruz no es para mí, es para el Señor. Yo me conformo con dejarla aprobada por un cabildo de hermanos y casi pagada. Ya la cruz es del Señor. El hermano mayor que esté cuando esté terminada da igual». La cruz es una maravilla. -En lo personal a usted, ¿qué le ha supuesto ser de la Vera-Cruz? -Ha supuesto mi vida. Yo le he dedicado mi vida a mi hermandad, no te puedo decir otra cosa. A mi vida y a mi fe. -En Cuaresma y Semana Santa es muy habitual verla cada día en la casa de hermandad, o en la parroquia. -Estamos todo el día (sonríe). Somos de los habituales, como yo digo. Yo pido que me jubilen ya, ¿no? Pero nada, ahí sigo y feliz de poder seguir sirviendo a mi hermandad y a mis sagrados titulares. Mientras pueda y me quieran, seguiré. -Todo ello pese a algún que otro sinsabor, ¿no? -La vida te pone en el camino cruces que tienes que abrazar, como hace el Señor de los Reyes, y vivirlas e intentar superarlas. Siempre sabiendo que nuestros sagrados titulares nos van a acompañar en todo ese recorrido. Y obviamente ha habido momentos duros, momentos difíciles, pero bueno, gracias a Dios mi fe, por lo menos, es la que me hace seguir el día a día.
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Author : (abc)
Publish date : 2025-04-12 07:26:00
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