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Para Vera Fauna la respuesta siempre es Sevilla (y viceversa)



Sevilla está reventona en la que probablemente sea su única semana de primavera, es decir, justo en el impás entre sus dos fechas más señaladas. Se podría decir, de hecho, que la capital hispalense es prácticamente un estado de ánimo. El mejor de todos. Ese mismo que impera en la sala Custom, donde dan las nueve y media de la noche y el corazón se encoge a punto de entregarse al reencuentro. La ciudad lo sabe: el de hoy es un día grande. Vera Fauna ha vuelto con nuevas canciones. El grupo sevillano está viviendo un renacer y no porque estuviera muerto, sino porque por un breve instante de tiempo casi lo estuvo. Uno de esos momentos que marca un antes y un después y que para Vera Fauna ha supuesto un nuevo horizonte, una forma distinta de hacer música. Un volver con más ganas, mirándonos a los ojos para decirnos cuánto nos echamos de menos. Dan las diez menos veinte y sobre el escenario de la Custom la banda sevillana forma filas con Kike Suárez, Alex Fernández y Jaime​​ Sobrino en el frente principal y Juanlu Romero al fondo en la batería. El grupo, no obstante, decide empezar el concierto al revés: con la última canción del disco y finalizar con la primera. Por qué no. Así se entrelazan ‘ Como no te veo ‘, ‘Dime dónde estamos ‘ y ‘ Un atraco ‘. Mientras, la banda hispalense se abraza de nuevo a los suyos: a su ciudad, su público, su raíz. Sus amigos, su familia, por supuesto. De hecho, hay bastantes caras conocidas entre el respetable. Más de uno y de una asegura incluso haber visto a Bellerín en la sala: «¿Lo has visto? Está en las primeras filas», se dicen, mientras la banda se presenta. «¡Ey-ey-ey! ¿Cómo estamos?», saluda Kike, pletórico, con el público expectante por lo que está por llegar. Sin embargo, el frontman da un paso atrás y cede la palabra a su compañero Jaime, que pregunta al respetable: «¿Vamos pa’ la viña?», antes de tocar uno de los emblemas de la banda: ‘ Mira lo que tengo ‘. Así, el primer tercio de la noche llega con ‘ Un día más ‘, «una canción muy de domingo», como bien define Kike. Un oasis, una pausa, un momento efímero que sirve a la vez de aviso: la noche viene rápida, es probable que se esfume con un pestañeo. No se precisan muchas canciones para confirmar que la banda está en su mejor momento como grupo . El trabajo vocal de Suárez respecto a los discos anteriores imprime nuevas capas y matices a canciones que ya son prácticamente himnos en esta ciudad, a la vez que muestra esa ventana hacia nuevas melodías, una multitud de posibilidades. Y esa no es la única buena noticia: el grupo parece haber encontrado un sonido propio donde empadronarse . Una coherencia melódica y sonora que cimenta con una base firme y sólida lo que está por venir en el futuro. En el más cercano, además, si bien es cierta esa fertilidad creativa en la que se encuentra la banda. ‘ Martes ‘ cae como el rocío: predecible pero satisfactorio, contundente y refrescante. Jaime hace las voces de Kiko Veneno, Suárez procura que el público no salte de su bolsillo y la banda construye un directo perfecto donde el pasado y el presente casan sin estridencias, con naturalidad. Llega ‘ Voy temblando ‘ y Suárez grita «¡¡Sus muertos!!» antes del estribillo para que nadie se relaje ni se despiste: estad atentos, hay que vivir el momento porque la noche es leve. Con ‘ Mi cabeza ‘ se cumple la mitad del setlist y solo son las diez y veinte de la noche. Entre el público surge la comunión: «Quillo, hay un dolor que es nuestro», mientras Suárez canta: «¿Sabes lo difícil que es contarte lo que tengo en mi cabeza?». La primera sorpresa de la noche llega como debe de ser: inesperada, sin preámbulos. Ángeles Toledano sube al escenario para interpretar ‘ Me destruye ‘ junto a Jaime, autor de la letra. El público se congela como si quisiera retener el momento. Cuando parece que la noche está yendo demasiado rápido, con la banda arrancando canciones como pétalos, la voz de Ángeles detiene el tiempo : a la sala no le queda más remedio que estar allí, hipnotizada frente a lo que ocurre en el escenario. El nervio del reencuentro pasa a ser una alegría incontenible, mientras Ángeles va tejiendo una incertidumbre silenciosa, un a ver qué pasa, a ver qué hacen ahora. La cantaora se baja del escenario y Vera Fauna sacude al público con ‘ Los grillos ‘, primero, para inyectar después una buena dosis de energía con la versión de ‘ Colorada ‘. La noche a estas alturas ya es una fiesta. Nadie quiere que termine, pero hay un rumor que surge desde el fondo: ¿cuántas canciones quedan? ¿no va todo muy rápido? No da tiempo a hacerse preguntas, llega otro de los himnos de la banda: ‘ Los naranjos ‘. Kike, Álex y Jaime son un batallón, toman la primera línea y disparan a bocajarro, van con todo y a por todos. «Es que me enrollo un montón», dice Suárez, «pero ahora paso directamente a presentar a un colega». Del fondo surge la segunda sorpresa de la noche: Noni Meyers . El granadino se agarra a Suárez para cantar ‘ No me digas la verdad ‘, uno de los singles de este nuevo trabajo y, por qué no, una de las canciones más pegadizas que ha compuesto la banda hispalense hasta ahora. El público se debate entre el baile y el estupor: sí, es Noni. Sí, está en el escenario. Sí, hay que bailar el momento, no va a haber otro igual. Se empieza a notar que se acaba la noche con ‘ Casa Carreras ‘, tema que Jaime dedica a los camareros y camareras que están en la barra. El público canta entregado ante la evidencia de que la canción está marcando prácticamente el final del concierto. Aún así, la banda pretende dejarlo bien arriba antes de ponerle el broche al reencuentro, por eso elige para despedirse ‘ Sale el sol ‘ y ‘ Tu voz ‘, dos de los temas más potentes de su nuevo álbum. Tan inevitable como ineludible, la noche se termina y la banda se despide así, sin bises, sin otra-otra. Entre aplausos, sudores y bailes. Por supuesto que la velada se hace corta, que todos queremos más. Podrían haber tocado cuarenta canciones: nunca habría sido suficiente . Es lo que pasa cuando te reencuentras con los tuyos, con tu gente, que da igual cuándo, cómo o por qué: siempre quieres más. Por eso, ante la duda, Vera Fauna encuentra en Sevilla, y vicevera, una constante vital en la que siempre se puede confiar. Y esa es, a veces, la única certeza necesaria.



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Author : (abc)

Publish date : 2025-04-26 01:04:00

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