La Sala de la Corona del Edificio Pignatelli, sede del Gobierno de Aragón , se abarrotó este jueves 4 de diciembre con 350 personas que acudieron al acto de entrega del III Premio Gabriel Cisneros 20205, a título póstumo, al expresidente aragonés Javier Lambán, ejeano de raíz, y, según se destacó, un «gran constitucionalista» que vivió «intensamente» y se comprometió con «su país, su tierra y su pueblo». Al acto no asistieron los diputados de Vox. El hoy presidente de la comunidad, Jorge Azcón, el exvicepresidente del Gobierno de España, Alfonso Guerra, que realizó una loa a Lambán, y la viuda del político aragonés, María Luisa Lázaro no faltaron al acto, donde puso el hilo musical el grupo ejeano Tako, interpretando ‘Suessetania’ y ‘Somos’. Azcón siempre ha calificado a Lambán de «gran constitucionalista y firme defensor del Estatuto de Autonomía», volvió a hacerlo en este acto y reivindicó como «un acto de justicia en la memoria» de Gabriel Cisneros la concesión de este galardón al exmandatario socialista fallecido el pasado 15 de agosto a punto de cumplir 68 años. Lambán «fue un devoto constitucionalista y un heredero directo de la conciliación nacional emanada de la Transición» y «tuvo el acierto y la altura de miras de reconocer a Gabriel Cisneros y de distinguirlo a título póstumo con honores. Ahora llega el momento de hacer justicia, lamentablemente también a título póstumo», dijo Azcón en su discurso. «Es fundamental reconocer el trabajo de aquellos servidores públicos honestos, coherentes y firmes, aquellos servidores públicos que ensanchan la democracia y construyen puentes en lugar de muros», continuó y recoge la agencia Ep. El jefe del Ejecutivo autonómico señaló que Javier Lambán fue «una figura aragonesa clave en la mejor etapa de la Historia de nuestro país, un servidor público que antepuso la Constitución, el entendimiento, el diálogo y la democracia por encima de intereses personales o partidistas«. «Primero España, luego el partido y, por último, la persona: sin ningún género de dudas, el presidente Lambán fue exponente de esta cita y logró hacerla suya, aun siendo conscientes de los desvelos que pudo generarle«, de forma que » no eligió un camino fácil para defender la Constitución «, llegando a enfrentarse también con su partido. Para él, «la Constitución, nuestro Estatuto de Autonomía y las instituciones estaban por encima de las siglas y de las personas , de todas las personas«. Azcón indicó que también que la bandera de Lambán era «la de la igualdad dentro de la España de las autonomías y la del respeto al orden» y «fue un referente conocido dentro de Aragón y también a nivel nacional». Por su parte, Alfonso Guerra expresó su «nostalgia, melancolía y tristeza» por la ausencia de Javier Lambán: «Lo hacemos vivir mientras vivamos nosotros porque los muertos viven en la memoria de los vivos ¿Será verdad que nada se deshace, que todo es inmortal aunque invisible?». La presencia de Lambán es «eterna», dijo Guerra, indicando que de él aprendió que «el amor sigue siendo un vaso de locura» y ha «cantado» en nombre de Lambán «las palabras de luz, bondad, alegría, ejemplo y lección». «Hay periodos en la vida en los que la tristeza se concentra, el sufrimiento se decanta hasta hacerse insoportable y nos destroza, nos marca tal vez para siempre. En casos como este, la vida se convierte en una absurda tragedia para la que no vale ningún consuelo», apuntó el exvicepresidente del Gobierno. «Uno lleva por dentro una tristeza sin límites, morirse ya no es grave, pero si no quiero olvidar, quiero también recordar los otros momentos, aquellos en los que la felicidad era tan perfecta que no somos conscientes de su fragilidad«. «Con todas las tragedias, como el vuelo de la vida de Javier, no puede empañar su alegría, cuando su agilidad para estar en todas partes casi al mismo tiempo, para llevar la voz». Lambán fue «una persona singular, un hombre de convicciones democráticas y socialistas, y un hombre práctico» y «sabía que él dedicaba su vida a la lucha por su país, por su tierra y por su pueblo. Fue desde luego un hombre claro, claro para todo. También a la hora de enjuiciar los linchamientos». «Él -glosó Guerra- no entendía de posiciones de equilibristas , ni las de los que siempre son comprensivos con las persecuciones que fantasean para justificarlas con las razones políticas«, afirmando que »ser español es temblar«. Acabó: «Javier vivió intensamente, sinceramente, de forma comprometida, su compromiso fue directo, a boca llena, fue un luchador, un amigo, su familia, sus amigos, sus vecinos, sus compañeros, sus paisanos, pueden estar orgullosos de haberle tratado, de haber compartido penalidades y alegrías. Una vida muy humana, llena de afectos y de labores». «Sus nietas hoy sienten la ausencia del abuelo, mañana estarán orgullosas de su amoroso abuelo, del abuelo que fue ejemplo y lección, un abuelo amoroso e importante», dijo, con un ejemplar del libro de memorias de Lambán, ‘Una emoción política’, escrito en 2023 y dedicado a sus dos nietas. Guerra se dirigió a Lambán: «Javier, buen amigo, te hablo a ti, a ti te llamo, a ti te pido que sigas con nosotros. Tomaré las palabras de un hombre sencillo y sabio como tú, Miguel Hernández: Javier, a las saladas almas de las rosas, del almendro, de nata, te requiero, que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma. Compañero, aún en palabras del poeta, algo nos pide Javier». La viuda de Javier Lambán, Marisa Lázaro, por su parte, señaló que el evento destilaba «ejeanidad», un término que alude a la «pertenencia a un espacio determinado, una específica manera de ver la vida, un vínculo especial que no se ha elegido, sino que pertenece a la patria de la infancia, la de Javier y la de muchos de quienes estamos aquí». Se refería a la población de Ejea de los Caballeros a la que dedicó también parte de su vida política su esposo. «Allí tejió sus afectos y sus aficiones. Allí quiso vivir», dijo Lázaro, quien se mostró agradecida con Azcón por conceder a Lambán este premio a los valores constitucionales, que «adquiere vigencia en su legado». Rememoró una conocida albada de José Antonio Labordeta, que siempre mentaba Lambán, para expresar: «Aunque me voy, no me voy. Aunque me voy, no me ausento. Aunque me voy de persona, me quedo de pensamiento. Efectivamente, Javier Lambán ha dejado aquí su pensamiento, su posición». «Lo hizo con valentía, por el camino quizás menos fácil; militó en la coherencia de defender lo que consideró justo y eso, a veces, es incómodo, muy incómodo, pero también es tranquilizador con uno mismo, con su propia conciencia y con su inteligencia. Fue firme en la elección de su propia libertad. Entiendo que la concordia, la concordancia o la discrepancia eran dos caras imprescindibles«. Además, «aceptó, cuando le tocó, estar al lado de la mayoría, igual modo que lo hizo cuando se sintió en minoría, como decían en Ejea las gentes del campo, muy repartida, una expresión que pone en valor el respeto a la opinión de los demás». «Todos sabemos cuál fue la posición de Javier en relación al texto, al espíritu y a la acción del texto constitucional: en su posición había mucho de esencia de lo aragonés , del respeto a lo pactado ante los ciudadanos, como extraído de nuestro derecho propio«. Al acto asistieron representantes de la mayoría de los partidos políticos, como el expresidente de las Cortes José Ángel Biel, el exdiputado constituyente Antonio Piazuelo y la ministra de Educación y secretaria general del PSOE Aragón en relevo del propio homenajeado, Pilar Alegría. Los homenajes parecen no terminar aquí. Falta ponerle una calle a Lambán en Zaragoza, como ya anunció el Consistorio de la capital maña.
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Author : (abc)
Publish date : 2025-12-05 09:28:00
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