ABC.es

El bestiario almeriense: un tesoro de seres mágicos, mitos y leyendas locales



Almería es una contradicción geográfica hecha provincia pues conjuga paisajes variopintos, el único desierto europeo a minutos de un mar turquesa; montañas nevadas que observan salinas rosadas; calas solitarias que esconden historias más antiguas que los mapas. Esa frontera, donde lo verosímil roza lo improbable, ha sido terreno muy fértil para leyendas, apariciones y seres que, sin pertenecer al zoológico tradicional, sí forman parte de la fauna emocional de sus pueblos. No hablamos de criaturas importadas de lo que es el imaginario medieval europeo, ni de bestias universales que aparecen en cada cultura. Hablamos de seres nacidos de la piedra volcánica del Cabo de Gata, de barrancos que huelen a esparto y de fuentes guardadas como relicarios. Hablamos de un bestiario propio, curioso, singular, discreto, oral, apenas documentado, pero sorprendentemente vivo. En el municipio de Vera, con sus casas encaladas que sobreviven al sol feroz, la tradición oral habla de unos habitantes que no figuran en ningún padrón municipal. Los llaman los Enanitos de Vera, y pocos vecinos de edad avanzada se atreven a negar que existan. Según la creencia local, estos seres de baja estatura no son espíritus traviesos al estilo de los duendes clásicos que tanto se leen en la literatura, sino entidades con un código moral propio. Su territorio es la Fuente de El Zorzo , una surgencia natural que durante generaciones abasteció a todos los viajeros, agricultores y ganado. Aquellos que acudían al manantial con respeto, cansados pero bienintencionados, eran supuestamente escoltados —o al menos no molestados— por las pequeñas figuras, que podían emerger entre el murmullo del agua o la soledad de las piedras. La leyenda cambia de tono cuando se habla de visitantes de «mala sombra» que vendrían a ser personas con intenciones egoístas, burlonas o destructivas. A ellas, los enanitos no solo les negaban ayuda, sino que eran capaces de confundirlos al punto de hacerles perder el camino de regreso, caminar en círculos o ser víctimas de pequeños pero persistentes infortunios como de cántaros que se rompían, direcciones imposibles, ecos que desorientaban. Lo fascinante de esta figura no es solo su existencia mitológica, sino su vigencia simbólica. En una tierra que ha padecido sequías históricas, emigraciones forzadas y supervivencia extrema, el agua —y quien la protege— funciona como núcleo intocable y sagrado . Los Enanitos de Vera tienen más que un carácter fantástico ya que representan el pacto tácito entre la población y sus recursos naturales , un mensaje convertido en mito: la naturaleza protege a quien la respeta. Más al sur, donde el paisaje se vuelve lunar, se erige un lugar cuyo nombre ya es un susurro legendario: el Arrecife de las Sirenas , en el bello Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar. El enclave, famoso por sus atardeceres y columnas de basalto que parecen órganos pétreos, debía su nombre a una leyenda que hablaba de sirenas —que eran mitad mujeres, mitad pescado o espuma— cuyas voces hechizaban a los marineros. Según los relatos, los hombres de mar, embelesados por un canto imposible, terminaban buscando el origen de aquella melodía y los llevaba a encallar en las rocas afiladas del arrecife. No obstante, Almería es maestra del realismo mágico inverso ya que el mito nace de un hecho real. Hasta mediados del siglo XX, la foca monje mediterránea —hoy casi desaparecida de las costas españolas— habitaba las cuevas marinas del litoral almeriense . Sus vocalizaciones, una especie de lamento profundo y envolvente, no sonaban muy distintas a un canto triste entonado desde la penumbra marina. Así, la bestia real se convirtió en una criatura legendaria. Pero la leyenda trascendió a la biología. Las sirenas de Cabo de Gata encarnan la tensión eterna que hay entre atracción y peligro, belleza y amenaza. Representan la relación inestable que Almería mantiene con el mar: un océano que da vida, comercio y alimento, pero que también ha sido frontera mortal para migraciones, tormentas y naufragios. Los pescadores antiguos no temían a la figura mitológica por ser monstruosa, más bien por ser irresistible. Esa es la verdadera aportación del mito almeriense a la mitología global sirénida, aquí, la sirena no destruye por maldad, sino porque su naturaleza misma —hipnótica, pura, ajena a todo lo humano— es una trampa involuntaria. Los bestiarios almerienses tienen rasgos comunes que no son casuales ya que casi nunca hablan de mal absoluto, sino de equilibrio. Sus seres no son depredadores demonizados ni benefactores que sean ingenuos. Son guardianes. Custodios . Seres con condiciones. Y, sobre todo, son metáforas. Los Enanitos de Vera nos dicen que la tierra siempre recompensa la honestidad. Las Sirenas del Arrecife advierten del enorme peligro de la belleza que no hemos aprendido a escuchar. No es casual que ambas leyendas nazcan en lugares relacionados con dos recursos escasos y sagrados en la provincia como son el agua dulce y el mar salvaje. Donde otros territorios europeístas hablan de unicornios o dragones, Almería habla de sequía, viento, supervivencia, aislamiento… y lo hace en clave de mito. Además, hay un componente paisajístico que resulta determinante. En regiones frondosas, los relatos fantásticos se llenan de árboles, sombras densas y bosques encantados. En épocas recientes, algunos ayuntamientos y asociaciones culturales han trabajado en resignificar estas leyendas para reactivar la cultura en la zona. No se trata de convertir la tradición en parque temático, sino de ofrecer una narrativa que complemente a la Almería del spaghetti-western, el cine, las tapas y las playas. Rutas senderistas que mencionan a los Enanitos de Vera, miradores que cuentan el origen del nombre del Arrecife de las Sirenas o actividades escolares que recuperan el folclore oral son ejemplos de un turismo distinto, se trata de uno que no solo mira, sino que escucha. Posiblemente, en Almería no haya dragones ni unicornios, pero sí criaturas que revelan verdades más profundas . Tal vez ningún viajero moderno se cruce con un Enanito de Vera al llenar una botella en una fuente. Tampoco es probable que una sirena cante desde el arrecife a través del rugido del viento de levante. Pero eso no importa. Porque en el folclore y la ocultura, la función de una criatura no es ser vista, sino ser recordada. *Si ha tenido alguna experiencia paranormal, de cualquier tipo, no dude en comunicarse conmigo. Investigaré gratis su caso (como siempre lo hago) y trataré de ofrecerle respuestas: [email protected]



Source link : https://www.abc.es/espana/andalucia/almeria/bestiario-almeriense-tesoro-seres-magicos-mitos-leyendas-20251207120251-nts.html

Author : (abc)

Publish date : 2025-12-07 06:44:00

Copyright for syndicated content belongs to the linked Source.

Tags : ABC.es