En una jugada que ha encendido los ánimos en el debate político británico, el Gobierno, bajo el liderazgo del primer ministro Keir Starmer y con el respaldo de la viceprimera ministra Angela Rayner , ha propuesto una revolucionaria reforma en las condiciones laborales . A partir del otoño, los trabajadores podrían tener el derecho legal a solicitar una semana laboral comprimida de cuatro días, una propuesta aplaudida por muchos y que ha desatado críticas desde otros frentes. El plan permitiría a los empleados trabajar sus horas establecidas por contrato en cuatro días en lugar de cinco. Esta medida, que se encuentra en el corazón de la Ley de Derechos Laborales de los laboristas , pretende reconfigurar el equilibrio entre empleados y empleadores, haciendo que el trabajo flexible sea la norma desde el primer día de empleo, salvo en casos donde no sea «razonablemente factible». En un discurso cargado de optimismo, Rayner afirmó que «esta medida no sólo refleja el compromiso del Partido Laborista con una modernización justa del mercado laboral, sino que también es un paso esencial para mejorar la calidad de vida de los trabajadores y la productividad empresarial». En su opinión, «la semana laboral de cuatro días, cuando se implementa a través de horas comprimidas, puede ofrecer a los empleados la oportunidad de equilibrar mejor sus responsabilidades laborales y personales». Por otro lado, los detractores, liderados por los conservadores, han levantado una ola de advertencias. Kevin Hollinrake, responsable de negocios en la sombra, ha calificado la propuesta como « una copia de las leyes sindicales al estilo francés que harán que hacer negocios en el Reino Unido sea mucho más caro», y argumentó que la medida, lejos de estimular el crecimiento económico, podría dejar a las empresas en una posición vulnerable, afectando la productividad y el crecimiento económico. El trasfondo de esta propuesta tiene sus raíces en la cada vez más candente discusión sobre la flexibilidad laboral. En el pasado, los empleados sólo tenían el derecho a solicitar trabajar de manera flexible, sin ninguna obligación por parte de los empleadores a aceptar dichas solicitudes. Esta situación ha sido vista como una balanza inclinada a favor de las empresas . La propuesta laborista promete cambiar eso radicalmente. El impacto potencial de esta reforma ha sido objeto de un intenso debate. Los críticos sostienen que las semanas laborales comprimidas podrían llevar a una disminución en la productividad, argumentando además que los largos días de trabajo pueden ser agotadores. Un estudio citado por algunos de quienes se oponen indica que las pruebas realizadas por empresas como los supermercados Morrisons y Asda, que experimentaron con semanas laborales de cuatro días, resultaron en una insatisfacción general entre los empleados y problemas operativos. Sin embargo, los laboristas defienden su propuesta con datos y estudios que sugieren lo contrario . Un portavoz del partido declaró que «los conservadores prometieron hacer del trabajo flexible la norma, pero fallaron en cumplirlo. Nuestro plan no sólo construye sobre esa promesa incumplida, sino que asegura que la flexibilidad laboral sea una realidad, no sólo una opción». Además, la propuesta incluye un componente importante: la capacidad de los trabajadores para solicitar una semana laboral de cuatro días en un formato de horas comprimidas, lo que significa que seguirán trabajando sus horas completas, pero distribuidas en cuatro jornadas, lo que permitiría a los trabajadores tener un día adicional libre, lo cual podría ser beneficioso para la conciliación. Jacqui Smith, secretaria de Estado de Educación y defensora de la propuesta, ha subrayado que « la flexibilidad laboral es en realidad buena para la productividad . La semana laboral de cuatro días, como la entendemos, permite a los empleados organizar sus horas de manera que manejen el tiempo dedicado al cuidado de los niños y a otras responsabilidades personales, mientras mantienen el mismo nivel de productividad». No obstante, el camino hacia la implementación no será sencillo . La propuesta está sujeta a una revisión detallada y a una consulta con las partes interesadas, incluyendo empresas y sindicatos. Los detalles específicos sobre cómo se aplicará la ley, y qué excepciones podrían existir para ciertas industrias, aún están en desarrollo. La reforma también se enmarca dentro de un conjunto más amplio de derechos laborales que los laboristas buscan implementar, que incluye la restricción de los contratos de cero horas, el fin de la práctica de «despido y recontratación», y el derecho a desconectar fuera del horario laboral. Estos cambios forman parte del ‘Nuevo Acuerdo para el Pueblo Trabajador’ del Partido Laborista, que promete una serie de mejoras significativas en las condiciones laborales.
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Author : (abc)
Publish date : 2024-08-30 16:49:52
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