«Hola Alberto, soy Txapote, tienes una bomba lapa en el coche, si reduces la velocidad por debajo de sesenta kilómetros por hora, estallará», escuchó Alberto Núñez Feijóo en el manos libres tras haber descolgado la llamada de un número desconocido. Una hora antes, nada le había presagiado que ese día iba a ser, más que intenso, un día de furia. Feijóo, mantuvo silencio mientras comprobaba que el cuentakilómetros de su coche no bajara de la velocidad que le habían dicho. Pero, tras unos segundos que le parecieron horas, su interlocutor lanzó una risotada y dijo: «Perdona, es la costumbre, realmente te llamaba para agradecerte el detalle que habéis tenido los de tu partido y los de Vox de votar a favor de la propuesta socialista que nos permite salir de la cárcel unos cuantos años antes ». Feijoo colgó la llamada al pensar que era una broma telefónica de esas que están tan de moda en los programas de radio. Pero empezó a dudar cuando vio en la pantalla de su coche que estaba recibiendo la llamada de Santiago Abascal, algo inusual a esas horas, sobre todo teniendo en cuenta el odio que le parecía tener últimamente. –Alberto, parece que hemos metido la pata hasta el fondo y hemos caído en la trampa que nos han tendido los de Sánchez . Hemos votado a favor de la reducción de penas para los etarras más sanguinarios. Nuestro voto no era relevante, pero aun así ha sido grave. –¿Cómo ha podido pasar?, musitó Alberto dándose cuenta de lo que podía suponer ese error. –A vosotros no sé, en nuestro grupo es que Buixadé ha matriculado a todos mis diputados al máster ‘Falangismo e Inteligencia Artificial’, y como van liados parece que probaron a meter las enmiendas en el ChatGPT y este no detectó nada. Yo creo que dónde este un cerebro español que se quite todo lo artificial extranjero. –Vale Santi, voy camino al Congreso, veremos que se puede hacer. Feijóo, nada más ver la cara seria de Miguel Tellado , portavoz y responsable del grupo parlamentario, se dio cuenta de que aquello era grave. Tellado le acompañó a una sala y le dijo, mientras abría la puerta: «Los diputados de la Comisión de Justicia que llevaron la moción están aquí». Durante unos instantes, Feijóo imaginó a los tres diputados atados de pies y manos, mientras su cabeza reposaba en un tronco en forma de cadalso, y con un verdugo con un hacha enorme al lado esperando una señal que él iba a dar. Eso no tenía nada que ver con lo que pudo ver al abrir la puerta. Los tres diputados parecían encantados, ya que los de Bildu les habían regalado un bono para poder realizar la ruta de las tapas en varias herriko tabernas de Donosti. Pero la sonrisa de los diputados se heló al ver el semblante serio y la mirada severa de Feijóo. Este pensó que era triste que se asustaran más por lo que él podía decir en vez de por las consecuencias del error que habían cometido. Le hubiese encantado ser Darth Vader y decir aquello de «su carencia de fe me resulta molesta» mientras apretaba el cuello de los tres con el lado oscuro de la fuerza. Pero Tellado le cogió de un brazo y mientras lo sacaba de la habitación le decía: «No se lo tengas en cuenta, Borja los conmina a que siempre que puedan que voten que sí y… Pero tranquilo, tenemos un plan B. El día de las preguntas a Sánchez vamos a llevar a Marimar al Congreso». –Marimar, ¿qué Marimar?, respondió sorprendido Feijóo –La hermana de Miguel Ángel Blanco. –Y, ¿dónde está? –Es senadora nuestra, ¿no lo recuerdas? La verdad es que interviene poco o nada, pero la tenemos de comodín para estas ocasiones . También tengo preparado un collage de fotos de socialistas asesinados por ETA. Tranquilo, vamos a causar furor en el próximo pleno. Feijóo no estaba tranquilo ya que no veía clara esa estrategia y deseó que nada más le pudiera suceder ese día, cuando vio un extraño artilugio que se asomaba por una de las lámparas. Pero cuando iba a acercarse, Tellado le cogió del brazo y le dijo: «Vamos a la cafetería, que creo que te hace falta algo que te anime». A unos kilómetros de allí, Pedro Sánchez se quitó los auriculares con los que estaba escuchando la conversación y se puso a reír. Pensó: «No se si soy más guapo o genial estratega». Pero en ese momento apareció el ministro de Justicia, Félix Bolaños y le dijo: «Jefe, dos malas noticias y un buena. Han imputado al Fiscal General del Estado y se ha hecho público un informe de la Guardia Civil que deja en mal lugar a nuestro compañero Ábalos». –No sé por qué dices que son malas noticias, apenas conozco a ambos –dijo mientras sonreía– ya me entiendes, añadió. «¿Cuál es la buena?», preguntó. –Han condenado también al exministro del PP, Eduardo Zaplana . –Perfecto, me gusta que los planes salgan bien, además con Ayuso y Zaplana se me ha ocurrido una frase: «De la A a la Z, en el PP todo es corrupción» . Se calló un momento y musitó hacia sus adentros: «Con lo bueno que soy y con esta oposición voy a batir el récord de permanencia del tío Paco ostentando el poder». En ese momento Feijóo despertó. Todo era un sueño. Sonrió. Al tratar de apagar el despertador se dio cuenta que este no había sonado y que en el móvil tenía una llamada perdida de Miguel Tellado. Demasiado temprano para una buena noticia, pensó Feijóo mientras devolvía la llamada.
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Author : (abc)
Publish date : 2024-10-17 09:48:39
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