El lenguaje poético y metafórico que hemos escuchado otras veces a Love of Lesbian ha dejado paso a las declamaciones sin rodeos, al coloquialismo, a la onomatopeya cotidiana e incluso a los tacos en un nuevo elepé titulado ‘Ejército de Salvación’ , donde la banda catalana ha dibujado un autorretrato melancólico, oscilante entre la resignación y el cabreo, muy de vuelta de todo en general. «De ahí el lenguaje más directo, aunque también es que intentar ser brillante a cada verso era agotador, y hasta arrogante», ríe el cantante y letrista Santi Balmes. «Es evidente que en el disco hay un llanto por el lugar al que nos estamos dirigiendo como sociedad. Porque llega un momento en el que empiezas a sentirte muy fuera de todo, por una combinación de factores. Por un lado se están muriendo todos mis ídolos culturales; por el otro, los usos tecnológicos me tienen completamente descolocado… Es como digo en la canción ‘El día que Starman huyó’: «Yo nunca quise salir del siglo XX, ahora mi coche apenas se pierde, mientras que yo me desubico en toda ocasión». Lo que me preocupa es cómo afectará a las nuevas generaciones el no haber conocido otra cosa que este mundo digital, porque la cercanía fraternal, familiar, se han convertido en algo incompleto, sin epidermis de por medio. Ahora todo es un «a ver si quedamos algún día…»». En los primeros compases de la promoción de este nuevo trabajo, una declaración sacada de contexto, o quizá sólo malinterpretada, ha hecho que pareciera que Love of Lesbian han pasado por graves problemas internos últimamente. «Yo creo que el periodista nos entendió mal, pero bueno no hay mal que por bien no venga, porque al final las entrevistas se convierten en sesiones de psicoanálisis», dice Balmes, que no vería mal contar con ayudas externas llegado tal caso. «Yo tampoco», asegura el guitarrista Julián Saldarriaga. «Después de toda una vida pensando que siempre podría valerme por mí mismo, pasé una época delicadilla y necesité ayuda, hice terapia durante cuatro años y me sentó muy bien. Por qué no va a poder ser igual a nivel de grupo con un ‘coach’, como hicieron mis adorados Metallica». En cualquier caso, si algún día se enturbian las cosas, siempre tendrán a su ‘Ejército de Salvación’, sus fans, para quitarles la tontería con su infalible receta de andanadas de amor disparadas desde la pista de baile. Además, esta vez casi en petit comité porque en lugar de Wizinks, Sant Jordis o Bernabéus, Love of Lesbian van a hacer una gira por salas como La Riviera o Razzmatazz. «Hay algo que sucede en una sala de 1.500 personas que no sucede en ningún otro lado, y es la increíble sensación de que tienes a todos atrapados, de que nadie ha desconectado, de que nadie está ahí por casualidad», asegura Balmes. Eso será en España, porque antes van a hacer una gira por México que también tiene su particularidad. «Vamos a estar un mes entero, y la cosa es que vamos a abrir nuevas plazas allí. El ochenta por ciento de las fechas son en sitios donde nunca hemos tocado antes. La idea es que la gente de esos lugares no tenga que conducir ocho horas para ir a vernos al D.F., sino que seamos nosotros los que vamos a ellos», explica Balmes. «Cuando nos vean por Chihuahua, los mexicanos se van a preguntar qué demonios hacemos allí», bromea Saldarriaga, que luego se pone serio para describir la «bonita historia» que tienen con el país. «Ellos nos dicen que hacía décadas que no había un grupo español con tanta conexión con México. Nos ponen el ejemplo de Hombres G como referencia, lo cual es una locura». Creo que una de las mejores canciones del disco es ‘Contradicción’. Y parece que ser contradictorio nunca ha estado tan mal visto como ahora, cuando parece que hay que enarbolar verdades absolutas todo el rato. O posverdades absolutas… (Santi Balmes) Es cierto. Hombre, si estás en el mundo de la política, y luego no predicas con el ejemplo y te pillan en un hotel vete tú a saber cómo… Supongo que esa contradicción no va a ser muy bien recibida (risas). Pero en el aspecto vital yo creo que casi todos somos contradictorios, y no me fío demasiado de quienes no lo son, o mejor dicho, de quienes dicen que no lo son. Me dan miedo. Me da la sensación de que quien dice que no lo es, es porque sus contradicciones son muy inconfesables. ¿Cómo llevan lo de compaginar la música con la creación de contenidos? (Julián Saldarriaga) Buena pregunta. Hace unos días, vi una foto de una artista con un mensaje que decía: «Yo pensaba que mi trabajo era crear arte, no contenidos». (Santi Balmes) Exacto. Pero es curioso, porque luego ves a un veterano que debería estar súper quemado, como Paul McCartney, y el tío no para de hacer cosas para redes. Ringo Starr igual, Mick Jagger igual… A Jagger le sigues y es que flipas, ¿pero cómo puedes haberte convertido en Instagramer? Igual es que eso les rejuvenece de alguna manera, no sé. Yo creo que debe ir con el carácter de cada persona. Algunos lo disfrutan, y otros lo hacemos más obligados, porque tenemos un grupo, sacamos discos, damos conciertos y necesitamos tener ese badulaque abierto las veinticuatro horas. Pero así, al menos para mí, hay una parte del misterio que se pierde. A veces molaría hacer como en la serie del Papa que protagoniza Jude Law. Cuando se reúne con una agente comercial del Vaticano, le mira y le dice: «Se acabó el merchandising». La hostia. (Julián Saldarriaga) La serie es buenísima. (Santi Balmes) Sí, aunque sea sólo por la estética visual, hay que darle una oportunidad. Este es el disco con más colaboraciones, con diferencia. En eso sí han sido más siglo XXI que XX. (Julián Saldarriaga) Sólo nos ha faltado Jude Law. (Santi Balmes) Hemos hecho lo que hiciera falta para contar con Zahara, con Eva Amaral, con Leiva y con Jorge Drexler. Con Rigoberta Bandini ha sido más fácil porque ella graba en nuestro estudio (risas). En principio iban a ser menos, pero siempre iban surgiendo nuevos motivos para invitar a alguien más y formar otro Ejército de Salvación. Ya no queda ningún ‘lesbiano’ urbanita, todos viven en pueblos. Y eso creo que también ha influido en este disco. (Santi Balmes) La huida de grandes espacios urbanos, buscar la autenticidad en entornos más cercanos… pues no te voy a decir que no ha influido. Así se tienen menos amistades pero más continuadas y sólidas. ¿Sigue habiendo esnobismo en el pop alternativo, por no emplear la palabra ‘indie’ de forma ambigua? (Santi Balmes) Sigue habiendo mucho. Es muy heavy la cantidad de gente que te sigues encontrando que te suelta la típica frase de «antes molabas». Ahora lo están sufriendo más otras bandas que están más en el punto de mira por el hype. Nosotros somos ya casi un clásico y empieza a haber un mínimo respeto. Pero para nosotros hubo un par de años que fueron muy complicados en ese sentido. Aquí entra el tema de los carteles de los festivales. Pero es que quien organiza un festival, puede pensar en bandas que suenen genial en su cabeza, pero a la hora de la verdad esa persona es un promotor que se juega sus dineros. (Julián Saldarriaga) Nosotros no tuvimos la culpa de todo lo que pasó a nuestra alrededor. Somos un grupo de música que hace canciones, y nosotros no decidimos cuánta gente tiene que escucharnos ni comprar nuestros discos o nuestras entradas. Eso nos queda ajenos. No hacemos canciones para arrasar en las listas de ventas. Las letras de Santi son muy certeras, pero no son fáciles para el mainstream. Tenemos canciones de siete, ocho minutos… Nunca lo hemos puesto fácil porque creemos que hay mucha gente sedienta de un ‘challenge’, de que no le den todo masticado.
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Author : (abc)
Publish date : 2024-10-25 03:29:32
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