Hace muchos años que Israel Galván tiene una deuda pendiente con la Feria de Sevilla, aquellos años cuando de pequeño, su padre, José Galván bailaor y profesor, le apuntaba a los concursos de sevillanas…, y nunca ganaba porque él bailaba libre y además no le gusta bailar en pareja. Por eso cuando el teatro Central le ofreció ‘Una semana en compañía de Israel Galván’, pensó que tras haber hecho ‘Ri Te’ con Marlene Monteiro Freitas, hacer algo de su repertorio no le cuadraba. Pero tenía una deuda, una especie de ‘venganza’ por aquellas sevillanas que bailaba y con las que nunca ganaba un concurso, y pensó hacer un espectáculo con el título de ‘Sevillanas solteras’, porque él no quiere bailar con nadie, quiere bailar sólo, pero por sevillanas. El espectáculo es una pura locura al estilo ‘Galván’, donde lo performático se mezcla con la danza, la música y sobre todo, y en esta obra más que nunca, el humor. Acompañado de la charanga Los Sones de Olivares que da el perfecto punto de fiesta, y de la guitarra y el espléndido cante de María Marín, suenan por doquier las sevillanas, mientras Galván sale ataviado con un traje de flamenca corto, al estilo de los años sesenta, amarillo y negro y botas de baile. Desde ‘Y se amaron dos caballos’ hasta sevillanas rocieras interpretadas con la flauta y tambor; de las corraleras de Lebrija a ‘mi novio es cartujano, pintor de loza’; por este repertorio sevillanil discurren personajes como la Malena, o la luna, ‘tan triste y solita’…, y de repente te das cuenta que la gente a tu alrededor está cantando en silencio las letras, porque son de todos, son nuestras, son las que hemos oído, bailado, cantado hasta la afonía en la Feria. Israel baila a placer con la estupenda música de la charanga , y hace que estos músicos participen del baile, de la chanza, de la broma, e incluso baila con el trompetista unas sevillanas muy particulares. La primera parte del espectáculo es un show para no dejar de sonreir, reir en muchas ocasiones. Las claves son tales, que no se si este espectáculo sería comprendido sin esas referencias fuera de Sevilla. Parece que Israel está zanjando esa deuda pendiente y sigue bailando sevillanas, pero lo hace sobre un tablao rodeado de palillos que suenan con su zapateado; o sobre un tablero redondo que parece un bombo. Zapatea, chilla, hace gestos imposibles con los brazos y manos sueltos, ronea con el trombón, todo roza el histrionismo, pero el público se lo está pasando en grande y él sigue cumpliendo sus ritos, de performance en performance. La segunda parte de la obra, que dura setenta minutos, es más íntima, hay más baile, un intenso zapateado, como cuando el bailaor se mete tras la chácena y se oyen su punta y tacón, aprovechando el paseo para cambiar el vestuario, esta vez una falda de volantes, o baila con una música casi rítmica durante largo tiempo en un zapateado casi agotador o con el toque clásico de la guitarra. En la última parte luce pantalones bermudas de licra negros y un mandil de igual color. Eso sí, se ha colocado una flor amarilla en el pelo. Vuelve de espaldas y en ella un dorsal con el número 15, como si estuviera compitiendo en un concurso , y si, por fin lo ha hecho, ha ganado el concurso de sevillanas, y sale con una copa en sus manos, mejor dicho copita, que luce orgulloso. La venganza ha llegado por fin. Hay un momento hilarante cuando la charanga toca la canción de David Cirera, ‘que la detengan, es una mentirosa, malvada y peligrosa, yo no la puedo controlar’…, ¿a las sevillanas la Feria? Pero Israel no se rinde, por eso la charanga nuevamente se embarca en un alegato y toca el famoso y pandémico, ‘Resistiré’, que el público acompaña con palmas y el bailaor con sus escorzos. Israel Galván ha cumplido sus deseos, y también zanjado sus deudas con el baile por excelencia de su ciudad, ése que nunca le dió un premio y que nunca baila . Esta vez se ha desquitado en una locura de espectáculo que tiene incontables detalles y que nos transportó al universo lleno de humor del bailaor en una obra de difícil comprensión fuera de Sevilla, porque nadie como nosotros para poder comprender la transgresión de algo tan nuestro y hacerlo desde el humor sin medida.
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Author : (abc)
Publish date : 2024-11-16 09:40:01
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