La okupación sigue preocupando mucho en España y Galicia no es ajena a ello. En los últimos tiempos no han dejado de crecer los impagos de alquileres con arrendatarios que no se marchan así como las usurpaciones de pisos y, sea por el motivo que sea, los conflictos entre vecinos y entre inquilinos y propietarios están garantizados. Igualmente, por desgracia, cada vez hay más lamentos e indignación con el papel que pueden tener las autoridades policiales, judiciales y administraciones. Sin embargo, un caso ocurrido recientemente en una casa de un pueblo de la provincia de Pontevedra sigue sorprendiendo y mucho