En otoño, el ritmo biológico de un oso pardo marca dieta. Pero no para adelgazar, sino para «engordar y superar el invierno», en el que encontrar comida en el monte se vuelve más complicado, explica Luis Fernández Fernández, guarda de la Fundación Oso Pardo . Pero en años de escasez d el alimento silvestre en la Cordillera Cantábrica como éste, en el que las patrullas oseras de Castilla y León confirman una «mala cosecha de bellota por la sequía» y «el castaño muy flojo», este gran animal protegido está decidiendo aventurarse y bajar a municipios de León en busca de