El vigésimo sexto Sínodo Diocesano de Toledo ha iniciado su primer año de trabajo con una llamada a la renovación espiritual lanzada por el arzobispo, Francisco Cerro Chaves, quien recordó que «el Sínodo es una gracia«. «Queremos que sea un nuevo Pentecostés para nuestra Archidiócesis de Toledo», aseguró el prelado toledano en un acto celebrado en salón de actos del Colegio Infantes. Durante su intervención, Cerro Chaves subrayó que el Sínodo pretende fortalecer la vida interna de la diócesis para impulsar su misión evangelizadora. «Se trata de caminar juntos, crecer por dentro, para luego servir por fuera y, sobre todo,