Era un día en el que Castilla y León se encontraba en situación de alerta por «riesgo extremo de incendios forestales», con restricciones específicas para ciertas actividades, cuando sobre las 18.30 horas saltaba el aviso de un fuego en Alfoz de Bricia (Burgos). La combusión no arrancaba por casualidad, sino que según ha determinado la investigación y la «exhaustiva inspección ocular del terreno» llevada a cabo de forma conjunta por el Seprona de la Guardia Civil y agentes medioambientales de la Junta, el fuego se inicó en el extremo de una finca particuar urbana, donde se había llevado a cabo