Las casas prefabricadas están de moda en la España del ladrillo y hormigón. Son una alternativa más barata que las edificaciones convencionales —los precios oscilan entre los 3.000 y 20.000 euros— y rápidas de ejecutar con poca mano de obra —en unos tres meses están listas—. Suelen transportarse en un camión-grúa ya montadas e incluso amuebladas y solo necesitan una plancha de hormigón o pilotes para asentarse sobre el terreno. Todo parecen ventajas salvo por un detalle que suele pasar inadvertido: requieren una licencia de obras previa . Sin permiso, son tan ilegales como una edificación de cemento. Sin embargo,