En el último tercio del siglo XIX se producía en nuestra ciudad una importante transformación desde el punto de vista de una de sus infraestructuras más básicas: el abastecimiento de agua. Sevilla pasaba de «disfrutar» un sistema arcaico, medieval y comunitario -los Caños de Carmona-, a un moderno sistema de «agua a presión» con tuberías de hierro fundido equiparable a los existentes en distintas ciudades europeas y con la Estación de Bombeo de Adufe como corazón del nuevo sistema. El expediente incoado por el Ayuntamiento en 1871 para la implantación de un abastecimiento acorde con las necesidades de los sevillanos,