A partir del 25 de diciembre la Iglesia Católica abre uno de los periodos más fuertes de su calendario litúrgico: el tiempo de la Navidad, marcando el nacimiento de Jesús uno de los momentos más decisivos en la historia de la Salvación. Dado que Mateo y Lucas no citan la fecha exacta, históricamente la Iglesia discutió mucho a cerca de la celebración del nacimiento de Cristo, puesto que la costumbre dictaba celebrar el día de la muerte de los Santos y no su natalicio. Sin embargo, se acabó otorgando una relevancia capital a esa celebración, ya que, con el nacimiento