Algo tiene este Barcelona que su afición, siempre proclive a ver el vaso medio vacío, cree más que nunca. Su potencial ofensivo y el estado de forma de Lamine Yamal son los argumentos a los que se aferra el barcelonismo para soñar con la final de Múnich a pesar de tener que viajar a Milán con la obligación de ganar. Pero en estos momentos no se ve como una quimera. El partido realizado en Montjuïc y los precedentes fuera de casa ante equipos grandes permiten ser optimistas. El Barcelona tuvo que lidiar con la efectividad del Inter, que marcó tres