El cierre del canal que une los embalses de Entrepeñas y Buendía se ha convertido en una ratonera para miles de carpas y barbos que discurren por estas aguas y miles de ellos han quedado atrapados sin agua para sobrevivir. Esta situación ha causado ya encendidas críticas de diversos organismos , que califican el episodio de «catástrofe medioambiental» y piden responsabilidades a la Confederación Hidrográfica del Tajo. Tras su cierre, el canal ha pasado de 25 metros cúbicos por segundo a cero . Al conocerse esta situación, vecinos y pescadores de la zona han acudido rápidamente al canal para intentar