La quinta noche consecutiva de protestas en Los Ángeles estuvo marcada por una menor presencia de manifestantes, mayor calma y menos incidentes violentos. Al menos, hasta la última hora de la noche del martes –entrada la mañana del miércoles en España–, cuando apenas quedaban pequeños grupos de protesta por las calles del centro de la segunda mayor ciudad de EE.UU. Es posible que cundiera cierto cansancio después de cuatro noches con episodios de violencia –aunque de entidad decreciente– pero, sobre todo, la menor intensidad de las movilizaciones tuvo que ver con el toque de queda decretado por la alcaldesa de