El toque de las campanas, la siempre inagotable belleza del Patio de los Naranjos, la armonía de la torre de la Catedral y la alfombra de romero en los adoquines para el Rey de la Gloria . En medio de esa atmósfera perfecta Jesús Sacramentado acudió a las calles al encuentro de todos los creyentes durante la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo . La Custodia de Arfe, obra cumbre de la platería de principios del siglo XVI, sobrecogió al público reunido este domingo . Su paso se adornó con rosas rosas. Enrique de Arfe aportó un renovado