El Gobierno central ha devuelto a la casilla de salida la conexión ferroviaria entre Vizcaya y Cantabria y ya contempla ejecutar únicamente los tramos que superen los filtros de rentabilidad socioeconómica y ambiental, con Bilbao-Castro como prioridad, mientras el anhelado tren litoral andaluz continúa atrapado en estudios repetidos y plazos dilatados. El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente Jiménez, ha pasado de calificar el proyecto andaluz como «poco menos que imposible» a admitir que «es posible», pero ha deslizado que «será una realidad cuando ya no sea ministro». El contraste es elocuente. En el norte, el Ministerio ha