En la presentación del último libro de Fermín Bocos ('Cuando viajar era descubrir'), observé de lejos la blanca y abundante cabellera de Felipe González. El libro me provocó nostalgia por la época en que cualquier viaje me entusiasmaba. La nostalgia es muy contagiosa y, con mi tendencia a poner apodos, pensé en «Felipe González, El Añorado». Aquel Felipe que, de la mano de Alfonso Guerra y Nicolás Redondo Urbieta, condujo al socialismo del Frente Popular, que concluyó en la II República, a un PSOE que se inspiró en el socialismo alemán, llevó a cabo una reconversión industrial ejemplar, se distanció