Bien está lo que bien acaba. Los cristianos lo sabemos bien, y en Sevilla, mejor aún. Lejos, muy lejos, quedan ya aquellos pronósticos previos a la Semana Santa que presagiaban que estaría tan pasada por agua como la del año pasado. Lejos queda la Cuaresma, las vísperas e incluso la entrada de la Mortaja. Este Domingo de Pascua, salió a la calle Cristo Resucitado dando sentido a todo lo que hemos vivido durante diez días. A todas las emociones, ritos, nuevas experiencias y horas de sueño perdidas. Lo hizo a partir de las ocho y media de la mañana, mirando