Beber un buen vino, deleitarse con la rica gastronomía, sumergirse en la historia de siglos atrás, pasear, disfrutar de la experiencia... Lo que gira y mueve a un turismo muy especial, el enoturismo. Esa modalidad con los caldos como eje sobre el que gira y en la que Castilla y León ocupa un puesto especial. No en vano, con más de 81.000 hectáreas de viñedos, por encima de 600 bodegas, 16 Denominaciones de Origen (DO) y una Indicación Geográfica Protegida, se erige como toda una potencia enológica y también lo hace en esta actividad en auge, en la que se