La primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, ha anunciado un plan para prohibir el uso del niqab en los colegios y universidades de todo el país y ha aclarado que «Dios debe quedar a un lado» para que «la democracia preceda» cuando se trata de la educación. Frederiksen, que ha alertado de que existe una «represión inherente al control social dentro del islam», ha indicado que el plan también prevé la retirada de salas destinadas al rezo en instalaciones educativas. «Tenemos el derecho a ser creyentes y practicar nuestra religión, pero la democracia va primero», ha apuntado en declaraciones a