Donald Trump ya ha conseguido, al menos una cosa en Canadá : una participación histórica en las elecciones de este lunes 28 de abril. En el centro de procesamiento de votos de Ottawa , bajo grandes banderas de las provincias canadienses y una enorme bandera nacional, decenas de trabajadores, organizados en filas perfectamente numeradas, cuentan sin descanso los votos emitidos de manera anticipada, cientos de miles. Cada papeleta pasa de mano en mano en un sistema milimétrico y supervisado, en un ambiente de concentración máxima, solo roto por el zumbido de las máquinas clasificadoras y el murmullo constante de instrucciones.