No sé interpretar si es bueno o malo, pero lo cierto es que los inversores cada vez ignoran más a los políticos. La semana comenzaba con la duda puesta en cómo reaccionarían los mercados al ataque de EE.UU. a las instalaciones nucleares iraníes y a la amenaza de Irán de cerrar el estrecho de Ormuz. Pues oigan, nada y menos. El petróleo abrió la sesión bajando, pero después recuperó lo perdido y al acabar la semana nueve dólares por debajo de la cotización del pasado viernes. Y las oscilaciones fueron incluso menores en las Bolsas, que el lunes cerraron con