La procesión del Cachorro por las calles de Roma marca un antes y un después en la historia de las hermandades sevillanas. La presencia del Cristo de la Expiración en el corazón de la cristiandad , primero expuesto al culto en la basílica de San Pedro del Vaticano y después discurriendo en su paso junto a lugares tan emblemáticos como el Coliseo con motivo del Jubileo de las Cofradías constituye una de las páginas más doradas de los anales de la religiosidad popular hispalense. Sin embargo, no es el único hito –aunque sí el más importante– que se ha vivido