Ni una gota de aire soplaba en la primera novillada nocturna. Las banderas quietas, la temperatura perfecta, buen ambiente, mucha juventud y unos novillos con posibilidades. ¿Qué más se puede pedir? Pues unos novilleros preparados. El más joven de la terna, Tomás Bastos , volvió a mostrar sus buenas maneras. Es un chaval ilusionante que apenas cuenta con 18 años y acaba de debutar con picadores. Tiene la bisoñez propia de su edad, pero también cositas muy buenas . Menos mal que salvó la tarde, porque sus compañeros, trece y ocho años mayores que él, se presentaban, y mostraron un