Después de unos cuantos empleos mal pagados y de ver cómo su sueño de triunfar en la música se tradujo en ser cantante en un crucero, el protagonista de esta novela parece haber encontrado su sitio. Desde su boda con Casilda, hija de un adinerado constructor, Julio vive como un diletante: su trabajo es fingir que busca trabajo, aunque en realidad pasa el día fumando porros, viendo porno y emborrachándose con sus amigos. La única exigencia de Casilda es que cumpla con el calendario impuesto por el ginecólogo —sexo sólo dos días al mes— para quedarse embarazada. Su vida es