Los obreros que ejecutan las obras de reforma del edificio de la Delegación del Gobierno en Toledo se encontraban ayer en lo alto del inmueble, derribando la cubierta. Los trabajos forman parte del vaciado del edificio del que sólo se mantendrá la fachada. Las obras continúan a la espera de la instalación de la grúa de esos «andamios colgantes» de los que se habló en su día y de los que nunca más se supo y que obligarían a trasladar la cabecera de las líneas de autobuses desde su ubicación actual en la plaza de Zocodover. A finales de enero