Una pizza cuatro quesos, una pepsi cola cero y un Marlboro. Esa fue su cena del día anterior. Toda una vida escuchando teorías peregrinas sobre el supuesto régimen y ayuno de los toreros hasta descubrir a su gran genio, también llamado Morante de la Puebla , sentado en una cadena de comida rápida como si viviera en una galaxia aparte. Un «fucking mileurista», que diría Amadeo Llados, arquetipo de la estafa moderna. Más chocante que la pizza, su cigarro: «¿Ya no fuma puros?» , le pregunté. «Para fumarse un puro hay que tener mucha paciencia, Jesús, y ahora mismo no