El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, afirmó este lunes que el nuevo freno de los países de la UE hacia el intento del Gobierno de impulsar la oficialidad del gallego, el catalán y el euskera en la Unión Europea demuestra que sus reivindicaciones responden a «urgencias políticas» de Pedro Sánchez y no a un compromiso real con el idioma o las necesidades de los ciudadanos, y que, «que lo detecten no es nada bueno para nadie». Como argumento central esgrimió la comparación entre los 40 millones de euros anuales que, según calcula el Gobierno, costaría implantar la oficialidad de