No hay corrupto fetén sin su copazo de balón, bien agarradito a la cintura de una señora de las que cuentan las caricias y no regala suspiros. Hace más de tres décadas de aquellas fotografías bochornosas de todo un exdirector general de la Guardia Civil en plena orgía. Unas imágenes que confirmaban la catadura moral de un personaje, Luis Roldán, que simbolizó la corrupción española de los años 80-90. Un tipo que se lucró haciendo negocios con contratos públicos. Pues, ya han llovido diluvios desde entonces y nos volvemos a encontrar en las mismas, con un patrón que se repite